ROSARIO 2121 (CAPITULO III)

ESCRIBE FABIAN ARIEL GEMELOTTI

La taxista me va contando todo, como buena taxista es chismosa y no deja hablar al pasajero. Esa costumbre parece que no la pierden los taxistas a medida que los años van pasando.
Nunca antes había conocido a alguien que me chupe las tetas así. Tus chupadas son sabrosas y me gustan y gracias a tus chupadas pude cambiar el taxi. Me muestra su aparatito, ese aparatito raro que todos llevan en la mano.
-Se llama celular, es un aparato para leer y comunicarse con otras personas.
Yo nunca habría imaginado que la gente iba a vivir pendiente de un aparatito tan raro.
-¿Y no leen libros?, le pregunto porque me intriga eso del aparatito.
¿Libros?, se da vuelta mientras maneja y me mira sonriendo -Hace años que nadie lee libros. Ya no hay.
-¿Qué pasó amiga?
La Revolución de las Mujeres destruyó todas las Bibliotecas y se hicieron hogueras de libros. Decían que eran peligrosos. Los escritores fueron fusilados y otros están encarcelados o son hombres/perros y andan con el collar y sirven nada más que para chupar tetas y acreditar dinero a sus amas. Las mujeres con perros/hombres son ricas.

Estoy anonadado y siento terror. Veo por la ventanilla la ciudad. Es muy rara a la ciudad de 1981 en que vivo. Las casas son redondas y los autos vuelan, se elevan unos metros y así van más rápido. Veo muchas mujeres y pocos hombres.
-¿Qué es la Comunidad de las Tetonas?, le pregunto a mi amiga taxista.
Te voy a ser sincera, no lo sé muy bien. Son como decirte las mujeres que mandan en este país. Ahí están Alicia y Fernanda, ellas son las ovejas negra.

Llegamos a un edificio de color negro y verde. La taxista me dice que baje. Desciendo. La taxista me grita que toque timbre y que me espera. Hago lo que me dice. Me abre la puerta una mujer rubia de tetas enormes y me dice quién soy. Miro el sobre que me dio la mujer alta y dice un nombre.

Busco a Alicia. La mujer cierra la puerta y quedo ahí con el sobre en la mano. No sé si irme o esperar. Espero y al rato se abre la puerta y aparece una mujer muy bella de rostro pícaro y unas tetas muy bellas. Y me dice que es Alicia. Me hace pasar.
Soy amiga de Fernanda. Ya sé quién sos. Fernanda es la viajera del tiempo, la mujer que te fue a buscar Walter F.

No entiendo nada, si Fernanda es la viajera del tiempo y le manda un sobre no entiendo por qué manda un sobre si nadie lee en papel.
No te asustes Walter, Fernanda y yo leemos en papel. Somos las traductoras de la Comunidad de las Tetonas.

¿Cómo adivinó Alicia lo que pensaba? No lo sé. Alicia me agarra de la mano y me lleva a una habitación donde veo una cama redonda. Cierra la puerta y me dice que me desnude. Yo me desnudo y al mirarme queda con la boca abierta.
-¡Qué cosa tan grande!
Yo no entiendo ese asombro porque es normal la cosa esa en mi época. Pero ella me mira asombrada y se dirige a mí y me besa en los labios. Y después me dice que me vista porque yo soy el hombre de Fernanda y ella no quiere traicionarla.
Veo a Alicia leer la carta. Lee con un rostro aterrado. Me dice que me vaya que debo irme rápido antes que regrese la Jefa de La Comunidad de las Tetonas.
Salgo a la calle y la taxista me espera. Subo al taxi y me lleva de regreso a la casa grande.
Al entrar en la casa grande me está esperando la mujer alta de pelo obscuro, Fernanda según me dijo Alicia.
_Quiero saber por qué yo Fernanda.
_Ya veo que Alicia te dijo mi nombre Walter F.
_Quiero regresar a mi época.
_Te voy a decir algo Walter y quiero que no te enojes conmigo.
_Dime.
_Vamos a derrocar a la gran Jefa y volver a como era todo antes y te necesitamos.
Estoy en la calle con un chichón en la cabeza y mucho dolor. Un patrullero se paró y un uniformado me está mirando. Me grita que circule. Es peligroso no obedecer porque la policía te puede hacer desaparecer, eso dice mi hermano mayor que vive escondido en las islas del Paraná.

(CONTINUARA)

Deja un comentario