ROSARIO 2121 (CAPITULO XVI) NOVELA DE CIENCIA FICCION EN CAPITULOS PARA «De puño y letra»

POR FABIAN ARIEL GEMELOTTI

Estamos en una prisión muy limpia y con sanitarios y excelente alimentación. Nos tienen confinados acá como a seres privilegiados y la limpieza es lo primordial. Me he hecho amigo de Napoleón y de Pocho. Son dos personajes muy divertidos y me cuentan historias alucinantes. Siempre admiré a Napoleón Bonaparte. He leído mucho sobre su vida, unos cincuenta libros.

-Pibe los libros mienten mucho sobre mi vida. Te voy a contar otra versión, la versión mía que es la que yo viví y no la que cuentan los libros que me han tratado muy mal.

Estamos con Napoleón tirados en el suelo del jardín y alrededor si miramos para arriba hay rejas de seguridad y mujeres con armas de rayos

-Josefina no fue mi gran amor muchacho. Mi gran amor fue una campesina pobre que la empleamos en nuestra residencia. Era una adolescente de 15 años. Josefina la asesinó en uno de sus ataques de ira.

Napoleón se sincera y me cuenta de ese gran amor. Me dice cosas que nunca he leído, porque ningún historiador cuenta siempre la verdad.

-Yo no fui un Tirano, fui un Libertador. Europa estaba a los pies de Francia. Inglaterra nos tenía miedo, ellos querían la sumisión de toda Europa. Nosotros queríamos la Libertad, darle de comer al Pueblo. Yo fui una especie de Perón.

Cuando escucho eso de Perón me siento extraño porque el General Perón vivió en el Siglo XX y no coincidieron en los tiempos históricos

-Perón está en esta prisión muchacho. Ya te voy a llevar a conocerlo. También está ese viejo huraño de San Martín, que no sé para que lo trajeron acá porque es muy viejo.

Se acerca Pocho a nuestro lado y lleva en la mano un libro. Veo que es una novela de Julio Verne. Se la da a Napoleón y me dice Pocho que vayamos a caminar un rato. Lo dejo a Napoleón absorbido en la lectura de 20.000 Leguas de Viaje Submarino.
Caminamos con Pocho por el patio y llegamos a una puerta de madera. Pocho abre la puerta con una llave e ingresamos. Me conduce por pasillos semi obscuros y llegamos a una habitación repleta de libros.

-Ese hombre que está ahí en un rincón leyendo y rodeado de libros es San Martin. Y el que está a su lado es el General Perón. Son muy amigos y siempre están leyendo. En la prisión hay muchos libros, están todos los libros acá porque afuera en la ciudad están prohibidos y la gente solamente lee de un aparatito que llevan en la mano.

Me viene a la memoria ese aparatito que vi la primera vez que estuve en la ciudad y ese aparatito que consulté en la biblioteca. Me viene a la memoria la bibliotecaria y la joven que me enseñó a manejarlo a cambio de chupadas de tetas.
Pocho interrumpe al General Perón y me presenta. San Martin levanta la vista y veo que está leyendo un Libro sobre Librerías de Viejo. Agudizo la vista y veo que el Libro se titula Las Librerías de Viejo de Rosario. Pocho me dice que es un Libro muy apreciado en la prisión porque remonta a los prisioneros a la vida de recorrida callejera por la ciudad hace cien años buscando Libros en esos lugares que se llamaban Librerías. Me cuenta Pocho que el autor de ese Libro también está en la prisión, pero en el pabellón de dementes. Según Pocho es un loco que perdió la razón y está todo el día jugando con autitos con otro escritor llamado Osvaldo Lamborghini. Ahí en ese pabellón está también un tal Mauricio Macri y un tipo que usa peluca y fue presidente de Argentina.

-General, este muchacho es Walter F. Es un nuevo pensionista de la prisión.

El General Perón me da la mano. Su mirada es muy tierna y su cabello muy bello. Tiene algunas arrugas. Su voz es áspera y profunda.

-Muchacho, acá estamos con el General San Martin leyendo. Ese libro sobre librerías de viejo nos describe la ciudad de Rosario. No diga nada usted, pero ese libro nos va a ayudar a evadirnos de la prisión.

-No lo crea General. -La voz de San Martin es dura y firme -Este libro me divierte mucho. Es muy difícil escapar de acá. ¿A dónde vamos a ir? Yo soy del Siglo XIX y Usted del Siglo XX. Somos aves en territorio equivocado en el Siglo XXI.

Pocho los mira con admiración. Y habla resuelto.

-El sábado a la noche se celebra la Fiesta Mensual de los Sementales. Podemos aprovechar esa ocasión para escapar. Se van a emborrachar las guardianas. Marisa la jefa es presa fácil, Tincho la conquistó y se va a acostar con ella y la va a envenenar y robarle las llaves de los vehículos.

Perón nos dice que nos vayamos que debe seguir estudiando con San Martin la evasión de la prisión. Pocho la Pantera abraza a Perón y San Martin me hace un gesto que debemos irnos rápido. Saludo a los dos y Perón me mira fijo. Me dice con su voz áspera y resuelta.

-El Peronismo siempre vuelve Walter. Vamos a volver porque somos la Esencia de la Humanidad. Le prometo que si volvemos haremos Justicia y Libertad para Tetonas y Tetitas y no van a existir más Hombres/Perros y todos seremos iguales en un mundo de prosperidad.

Nos vamos rápido y atravesamos los pasillos y llegamos al patio. Veo a Napoleón bailando solo al ritmo del tema ese del Bombón Asesino. Me dice Pocho que Napoleón está fanatizado con la cumbia.
Suena un timbre de un ruido potente y Pocho me dice que llegó la hora de ir al Laboratorio. Le pregunto qué haremos ahí y no me dice nada.
Llegamos a una habitación donde veo unas máquinas en forma de mujer. Están contra la pared y nos obligan a desnudarnos.

-Muchachos llegó la hora de extraer semen.

Una mujer muy bella nos obliga a meter el pene a cada uno en una máquina diferente. Hay un agujero en el medio y ahí debemos meter el pene. Previamente nos hacen masajearlo un rato hasta que se endurece. Estamos en la habitación con Napoleón y Pocho y unos cincuenta tipos más. Me acerco a la máquina y es una máquina que me recuerda a una actriz argentina. Es igualita a una rubia que trabajaba con Porcel. No me sale el nombre. Ya voy a acordarme. Meto el pene en el agujero con desconfianza. Apenas entra ahí me aprisiona una cosa muy parecida a una vagina. La siento mojada. Y empieza a moverse como una licuadora y mi pene siente una sensación muy placentera. Estamos en hilera y Napoleón está a mi lado. Me dice que piense en una mujer que ame y así acabo. Napoleón grita Anita. Me dice risueño que Anita es la campesina que fue su gran amor. Me viene a la memoria mi amada Anita y empiezo a moverme y a sacudir la máquina. Me recuerda la máquina del Año 3121 y siento terror que me corten el pene. Estoy sacudiendo a lo loco. El rostro de la máquina empieza a besarme el cuello. Besa mis labios y saca una lengua que se mete en mi boca. Napoleón acaba gritando. Siento otro grito y es la voz de Pocho la Pantera. Y así van gritando todos. Quedó yo solo ahí sacudiendo. No puedo acabar. Napoleón le dice a la mujer que maneja ese Laboratorio que ponga música. Siento el ritmo del bombón asesino y es un placer tan bello que el semen sale en una catarata que la máquina me dice «es un placer Walter». Saco el pene del agujero y me dan un papel y me limpio.

-No fue tan difícil Walter.

Napoleón está risueño y me aprecia mucho. Nos vestimos y nos retiramos del laboratorio. Después me explican que una vez al día nos extraen semen. Somos el pabellón de sementales. Nuestro semen lo trafican para engendrar bebés. Me explican Pocho y Napoleón que es una prisión privada del grupo de traficantes de semen. Catanguita es una de sus líderes. Quieren adueñarse de la ciudad y derrocar a las tetonas. En ese grupo están los Mutantes, Hombre Pijudos y Tetitas y Tetonas. El interés es el Dinero, no quieren un Estado de Tetonas ni de nadie.

-Bueno, vamos a escapar pronto o vamos a morir por el calor hirviendo en el ano. Es la Libertad o la Muerte

La voz es del General Perón que aparece en el jardín de la prisión.

-Walter tengo unos carta para vos. Me la dio un contacto en el exterior. Tengo mi gente afuera y acá adentro también.

Perón me entrega un sobre lacrado. Me aparto a un costado y lo abro. Es una carta escrita con computadora:

«A mí padre amado:

Pronto nos volveremos a ver. Te amo muchísimo padre. Con mis amigos los Montoneros vamos a liberar al General Perón y a San Martin y a todos los que quieran unirse a nuestra lucha. Catanguita está loca. Voy a liberarte padre y lucharemos por un Mundo de Justicia Social.
Beta Beta»

Estoy Feliz. Beta Beta es mi hijo amado y no me equivoqué en pensar que es un Buen Muchacho Digno de su Padre.

(CONTINUARA)

Deja un comentario