POR FABIAN ARIEL GEMELOTTI
El Tincho está agitado y todo transpirado. Tiene los ojos rojos y se tira al suelo del patio. Me acerco y le tomo el pulso y es débil.
-¿Qué pasa Tincho?
-Estoy mal… muy mareado… cogimos con Marisa… la jefa… y… después le puse el veneno… en las copas con champán… Yo tomé de una copa… sin veneno… pero me siento muy débil y mal.
Se acerca Pocho y Luciano y Napoleón y lo miran al Tincho. Empieza a retorcerse el Tincho y vomita sangre. Napoleón me llama a un costado.
-Está envenenado. Marisa le habrá cambiado la copa cuando este pelotudo no miraba. Le dije que lo haga desimulado que la otra no es una conchuda cualquiera. Se ve que el envenenado es el Tincho. Ahora nos descubrieron… ya deben sospechar de la fuga.
Sentimos ruidos de puertas que se abren. Entra corriendo Marisa con un arma enorme y nos apunta.
-Tincho pija larga me quisiste matar. Vos Napoleón pedazo de Hijo de Puta algo estás tramando.
De repente vemos una sombra junto a una pared del fondo. La sombra avanza y avanza a pasos agigantados. La sombra llega al lado de Marisa. La sombra abraza a Marisa con unas alas enormes. La sombra empieza a esclarecerse y va adquiriendo forma humana. Es San Martin.
-Hola muchachos, siempre tengo que salvarles el culo a todos. La hice mierda a Marisa.
-¡General!!
El General San Martin es un vampiro. Ya me lo había dicho Fernanda, y ahora me viene a la memoria. También Perón es un vampiro y aparece con esa piel blanca y esa sonrisa con dientes puntiagudos. Veo a Napoleón elevarse en el aire y transformarse en sombra y se va volando por unos ventanales. Aparece Pocho y se dirige a San Martin.
-General nos descubrieron parece.
–No tengan miedo, tenemos la ayuda de Montoneros con Beta Beta y los muchachos -mira a Perón con dureza -¿Usted General qué piensa?
-Vamos a luchar a morir o vencer, tenemos que organizarnos y proteger a Walter F.
Escucho eso de la protección y me viene a la memoria que Fernanda me dijo alguna vez que yo debo cumplir una misión especial. Y me animo a preguntarle a Perón.
-¿Por qué me van a proteger a mí?
-Hijo, usted ya lo sabrá. Ahora vamos a Organizarnos para la Lucha.
Tincho está tirado en el suelo rodeado de sangre, reventó su cuerpo. Napoleón regresa atravesando esos ventanales grandes y desciende. Se me acerca y me llama a un costado.
-Acabo de matar a tres guardias y acá tenés las llaves para abrir la puerta secreta. Por ahí va a entrar la resistencia. Perón se quedará acá en el patio y va a organizarlos.
Salimos con Pocho corriendo y vemos que nadie vigila en los miradores de arriba. San Martin y Napoleón se encargaron de matarlos a los guardias, me dice Pocho. Ingresamos por una puerta del patio a unos túneles y corremos desesperados. Llegamos al final donde hay una puerta de metal grande. Le digo a Pocho por qué no escapamos todos por acá y me dice que somos muchos y nos verían las patrullas. Abrimos la puerta con las llaves. Ingresa Beta Beta y un grupo de muchachos y muchachas.
Abrazo a Beta Beta y Pocho me dice que deje los sentimientos para más tarde. Regresamos corriendo por el túnel y llegamos nuevamente al patio de la prisión. Ahí está Perón y Napoleón y otros presos esperando. Perón está con los brazos abiertos y todos los rodeamos y empieza a hablar.
–Mis muchachos, hoy es un día glorioso en la Lucha por la Liberación. Acá están encerrados los sementales. Las traficantes de semen los tienen cautivos como a animales en el matadero. Hoy ustedes -mira a la juventud con ojos de dureza -van a ayudar al pueblo prisionero a liberarse. Ahora se les va a distribuir armas de fuego. ¡Pongan el Bombón Asesino! Y a morir o vencer.
Empieza la música a sonar muy fuerte. Se van distribuyendo armas de rayos. Empiezan a asomarse guardias por arriba y nos rodean con armas. Nos apuntan a matar. Y veo la figura de Catanguita y nos mira con su sonrisa hermosa.
-General Perón usted es un imbécil. Piensa que se van a escapar tan fácil de esta prisión. Nooooooo. Nadie escapa de acá. Ni los vampiros pueden escapar porque nuestras armas matan vampiros. Si no se rinden morirán en el acto.
El General Perón nos mira a todos. Levanta la mano en señal de diálogo y se dirige a Catanguita.
-Catanguita quiero negociar con usted.
Napoleón me mira sonriendo y grita: «más fuerte esa cumbia». La cumbia suena más fuerte. Pocho agarra a Napoleón de las manos y empiezan a bailar. Catanguita mira y sonrie. Estamos todos ahí expuestos a las armas de rayos. Perón pide orden y grita «hay que negociar». San Martin baila enloquecido. Agarra a Perón de las manos y lo hace bailar. Perón cierra los ojos y mueve la cintura. La cumbia suena cada vez más fuerte.
-Es la última oportunidad… Se entregan o mueren.
Napoleón canta y baila. Se empieza a desvestir. Su panza queda al descubierto. San Martin se desviste y queda desnudo con un miembro enorme. Lo desviste a Perón y queda desnudo también con una cosa enorme. Miro para arriba y veo a Catanguita levantar la mano derecha. Estoy seguro que va a dar la orden que nos maten.
Siento un ruido que me deja sordo. Aparece una avioneta blanca y veo a hombres por las ventanillas de esa avioneta con armas. Empiezan a matar a los guardias. Y un tipo barbudo y de pelo largo saca una espada y le corta la cabeza a Catanguita al pasar cerca con la avioneta.
La avioneta desciende en el patio y pega la punta contra una pared. Baja del avión un tipo barbudo y de pelo largo. Y otros doce tipos bajan con él.
-Hijo de puta, llegaste a tiempo Jesús.
Napoleón se abraza al barbudo. Y lo besa efusivamente en los labios. Los otros doce de la avioneta nos miran con alegría.
Se arrima Pocho a mi lado y me dice que ese barbudo es Jesús, un viajero del tiempo. Lograron trasmitir coordenadas. Y Jesús vino a salvarnos.
Se escucha el Bombón Asesino en toda la prisión. Se abren celdas y salen los prisioneros. Todos bailan. El barbudo se me acerca y me dice al oído «Walter F. usted fue el Puente a la Salvación». Jesús se saca su ropa vieja y queda desnudo. Los otros doce también. Jesús empieza a bailar la cumbia.
Todos en la prisión bailamos.
(CONTINUARA)
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