ANECDOTARIO: EL 2 DE ABRIL DE 1982

POR PATRICIA ANGELICA GONZALEZ [*]

Fue muy parecido al «1er. Comunicado»: repentino, invasivo, atemorizador. Esos años fueron así. Con un aire de esperanza que tratabamos de disimular, y que alguno que otro teñia de desconfianza. Parecía que esa etapa nunca terminaria, pero jamas hubieramos imaginado como.

De pronto en la television una horda gritando y vivando. Pero, a quién? Al menos pensado: si, al milico de turno, el que nos «Gobernaba». El General en sus cinco minutos de poder, habia mandado soldados a la guerra. «Si quieren venir, que vengan…» Palabras nefastas que daban comienzo al horror. Como siempre nos enteramos tarde, no sabiamos quienes iban a enfrentar a las tropas profesionales britanicas, ni siquiera sabíamos cuando y bajo que condiciones se decidió semejante «Patriada».

PUERTO ARGENTINO – VIERNES 2 DE ABRIL DE 1982

Yo tenia diecisiete años, cuando supe, si es que se puede decir que supe, como cada argentino, lo que estaba pasando. Lo primero que pense, fue: «Quiero ir, ser Voluntaria». Pero mi padre me nego toda posibilidad de contactarme, luego entre tantos Comunicados avisaron que ellos llamarían a los Reservas primero y por último Voluntarios.

Y asi paso, llamaron a los reservas, y entre ellos estaba mi cuñado, Raúl. Cuando nos enteramos que podria ir, se me congelo la sangre por un instante. Ya no era un Soldado más que iba a Malvinas, era Raúl, mi cuñado. Mi cuñado favorito, el que me daba consejos y me hacia bromas. Era bastante mas grande que yo, y al igual que mi hermana eran iconos de la alegria de mi vida, que de por sí era muy difícil, muy dura. Pero ellos fueron quienes me mostraron que me puedo reir y levantarme cada dia con una esperanza nueva. Grandes maestros fueron Amanda y Raúl.

Pasaban los días y aún no le llegaba la notificacion, estabamos expectantes y cada vez más tristes porque la Guerra se ponía cada vez peor para los Argentinos, se hablaba de perder y ganar. Ya sabemos que en una Guerra todos pierden, todos entierran muertos y todos se llevan heridas en el alma que nunca podrán sanar.

Al fin pasó lo que tenia que pasar: la Guerra cesó. A Raúl no lo llamaron. En medio del dolor de la verdad de esa Guerra, de los pibes que murieron, que eran casi de mi edad. En medio de todas esas novedades espantosas, mi querido Raúl no fue, el alivio era enorme. Y mas sabiendo que no habia chance, que fueron a morir, y que los que volvieron estarían muertos en vida.

No voy a entrar en los detalles que hoy sabemos. Solo expreso mi sentir, a mis diecisiete viví el miedo. El dolor en el alma de saber que chicos como yo estaban sufriendo hambre, frio y que sus cuerpos quedarían en un lugar ignoto que fueron a defender obligados por el Loco de turno. Vidas jóvenes truncadas para siempre. Hoy somos una generacion que recuerda con dolor y enojo lo sucedido. Una devastada, la del dolor de Malvinas y aunque no nos conozcamos, nos abraza la tristeza por los que no volvieron y los que volvieron para sufrir.

Por ese hecho que nadie quiso ni eligió: la Guerra Mentirosa, Injusta, Desigual… La de Malvinas. Raúl vivio muchos años, pasamos lindos momentos con el y Amanda… Preferí esas cosas de la vida, que alguien borracho decida cuándo y como deberia terminarla.
Hoy agradezco que mi padre haya sido tan obsecado y autoritario. No se si me hubieran aceptado, no lo se. Pero estoy aca: tengo cincuenta y nueve años, cuatro hijos, una familia y una vida que es hermosa porque estoy viva. Tuve la suerte de ser mujer, porque claro, en una Sociedad Partriarcal… Y también tuve suerte de que nunca llamaron Voluntarios, hubo gente que fue igual, pero esa es otra parte de la historia…

MONUMENTO A LOS CAIDOS EN LAS ISLAS MALVINAS -PARQUE NACIONAL A LA BANDERA- ROSARIO, PROVINCIA DE SANTA FE, REPUBLICA ARGENTINA (FOTOGRAFIA: ALAN MONZON – rosario3.com)

[*] NOTA PUBLICADA EN LA REVISTA IMPRESA N° 5 – ABRIL DE 2024

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