
POR MARCELO CABEZA [*]
Coincidente con lo que muchos denominan un cambio de era más que de época a nivel global, en la Argentina se han corrido todos los parámetros. Habíamos advertido sobre las particularidades de el experimento político de L.L.A. y su líder que venía a representar a una importante porción que electoralmente llega a la mitad de la población argentina, que parecía no tener Ley más que la propia y que eso era un espejo del individualismo creciente que caracteriza a esta nueva era de la hiper determinación subjetiva por parte de las tecnologías de la imagen y la comunicación, cuyo símbolo omnipresente en las personas es el teléfono celular, el ícono más representativo de la dependencia simbólica que vehiculiza modos de ver, sentir y pensar desde los formatos generados por las usinas productoras de sentido.
Nacido ese sector que lo encumbró -como bien lo determinó Javier Milei en algún reportaje- durante la pandemia, empezó a manifestarse en las calles contra la Ley y Reglamentaciones vigentes sobre el Preventivo Aislamiento Sanitario, plasmando una nueva disyuntiva con el novedoso paradigma dialéctico de Libertad versus Encierro.

Lo que no se veía con claridad era la contundencia, gravedad y profundidad del fenómeno cultural en gestación. Cuanto más se dividían sus dirigencias más crecía esa representación política, hasta finalmente converger en una Candidatura Electoral primero y en un equipo de Gobierno después.
También sorprendió el cumplimiento de la palabra del candidato en campaña electoral de usar la motosierra a fondo sin dubitar, cuestión que, si se la piensa desde otro lugar tiene algunas resonancias similares a alguna consigna política de dar muerte o fin a lo que denominan populismo.
Una promesa de rigor y rapidez para acabar con el kirchnerismo que aseguraba el objetivo del otro referente cuando dijo que si volviera a gobernar haría lo mismo pero todo mucho más rápido. También recuerda a otro trágico período Neoliberal hecho en nombre del Peronismo, tiempos en los que para desguazar el estado se acuñó la frase «Cirugía Mayor Sin Anestesia».
Despiadado es lo anti popular. Despiadado y eficaz. Eso es lo que ha pasado en 6 meses, quedando el sector Nacional Popular desorientado y disperso. Ahora ese proyecto en el gobierno parece consolidarse, a pesar del drama económico y social que puso en marcha, que se profundiza día a día y que es lo único que podría precipitar el factor que derribe su continuidad, al menos en los términos actuales.
Conclusión, para poder, no solo derrotar al Gobierno en las próximas elecciones legislativas sino además en 4 años reemplazar este modelo con su opuesto y augurar éxitos duraderos y profundos mediante políticas de transformación irreversibles, se requiere en primer lugar hacer un diagnóstico acertado que dé cuenta de qué clase de mutación representa el proceso en marcha, dando cuenta además de una realidad hasta ahora no analizada debidamente: que se trata de una red de alianzas mundial, con modelos parecidos impuestos en numerosos países en los que se erigen proyectos similares con el nombre de ultraderecha.
Es prioritario definir cuáles son las claves de las nuevas subjetividades que han producido una enorme transformación en los Pueblos, que quedan sin saber qué es lo que está pasando en este gran viraje histórico global, con lo cual ni siquiera puede saberse frente a qué poderes luchar, qué se debe enfrentar. Elemento éste sustancial como principio básico de la Organización Política Popular, previo a cualquier rumbo de resolución para la Argentina postrada.
[*] Licenciado en Psicología. Psicoanalista.
