LA PURIFICACION (RELATO DE CIENCIA FICCION )

POR FABIAN ARIEL GEMELOTTI

Javier estaba en la cama con su amante. Las sábanas limpias cubrían el cuerpo de Teresa. La chica cubierta hasta los hombros y de costado miraba a Javier mientras él leía el informe del Ministerio del Pensamiento. Javier estaba preocupado, algo le estaba pasando por su cabeza mientras su vista estaba fija en el computador de su trabajo. Teresa se destapó el cuerpo y se desliza hacia el cuerpo de su amante, y las tetas pequeñas se apoyan sobre el pecho de Javier. El la corrió de un sacudón: «déjame tranquilo Tere, estoy muy concentrado. Hoy tengo tres interrogatorios. Y tengo que leer el informe que me pasaron los jefes. Y el informe dice muy poco. Me preocupa esa situación». Teresa pone cara de cansada, y se baja de la cama. Camina desnuda hasta el refrigerador. Lo abre y saca una botella de energía y unas pastillas de pollo frito. Se sienta a la mesa y se mete las pastillas de un saque y toma un sorbo de energía. Javier sigue concentrado en la pantalla. Teresa camina desnuda hasta la cama, y vuelve a recostarse a su lado. Javier apaga el computador y se pone de costado y la mira: «estoy agotado, han atrapado a tres rebeldes y tengo que interrogarlas en unas horas. Y mi jefe quiere que las torture con la máquina especial. ¡Me fatiga esa máquina!. La sangre brotar de las cabezas de los torturados es algo que me da asco y felicidad a la vez.»

Teresa se pone de costado y sus rostros se encuentran frente a frente. Y Teresa le dice: «¡qué mierda todo esto amor!. Nunca me contaste cómo empezó todo». Teresa es un Beta, una unidad humana transformada por las ondas televisivas, no podía recordar al otro día relatos largos como los que Javier le contaba diariamente. Era algo automático en su cerebro y el relato se le borraba de la cabeza a Teresa como si nunca lo hubiese escuchado. Los Betas tenían una inteligencia inferior y una memoria limitada. Las ondas televisivas habían atrofiado el cerebro de la población. Era una joven de 19 años, nacida un 3 de octubre de 2044 en una familia Beta. Javier era un Alfa, una unidad de inteligencia superior y trabajaba para el Ministerio del Pensamiento.

Todos los días le contaba a Teresa la misma historia, a Javier lo hacía sentirse importante contar historias a su amante. Era una historia que venía repitiendo oralmente a su amante desde hacía tres meses. Había comprado a Teresa en el Mercado Central, y se decidió por ella al ver sus pequeños senos y su rostro de muñeca. Se había cansado de tener relaciones sexuales con mujeres creadas con la inteligencia artificial de su computador. Y una mañana se fue al Mercado a comprar una Beta para satisfacer sus deseos. «Te cuento Tere…». Javier antes de proseguir con su relato echa una ojeada a la pared y se queda mirando pensativo el retrato de su padre. Javier se pasa la lengua por los labios y agarra a Teresa bien fuerte y la atrae hacia su cuerpo. En el rostro de Teresa hay satisfacción y deseos de escuchar: «…. pero mucha gente no mira ese día su celular y sobrevive y entonces se manda otra onda televisiva más potente al otro día, la cual limpia los cerebros de la población y crea unidades Beta que denuncian a amigos, familiares, amantes…» Javier le dice a Teresa que le traiga del refrigerador vitaminas. Ese relato le cuesta mucho contarlo todos los días, pese a que siente una gran satisfacción al ser escuchado por la joven. Eso le da una felicidad única. Javier es doctor en Pensamiento y experto en Historia mundial. Su abuelo había sido parte del primer equipo purificador. Teresa va y trae vitaminas. Javier bebe el líquido de un sorbo y sigue contando: «… El Estado hace una lista y manda a robots a la calle y se fusila casa por casa y lugar de trabajo o comercio o lo que fuere a todos los débiles que no lograron ser atrapados por los celulares. Mi abuelo comanda ese operativo. Pero un grupo muy pequeño logra sobrevivir y comandado por un líder llamado Walter huyen a los montes tucumanos y se refugian ahí.

Este líder Walter es de una inteligencia superior. Y comanda ataques de guerrilla contra la población. Y logran sobrevivir hasta el presente . Al morir Walter en 2029 asume la dirección de esos grupos un tal Marcos y así se reproducen y viven clandestinamente. Algunos logran mezclarse con nuestra población, y se hacen pasar por Alfas y así difunden sus teorías subversivas. Ayer fueron descubiertas tres rebeldes y hoy las voy a interrogar». Javier mira a Teresa con deseos. El cuerpo delgado y blanco de la joven lo excita mucho. Y las vitaminas diarias hacen que su pene se ponga duro frente al cuerpo de Teresa. Y la chica sabe que ese deseo debe ser satisfecho. Agarra el pene de Javier y lo empieza a masturbar. La mano de la chica es muy ágil. El rostro de Javier la mira fijo y ella sube y baja el cuerito con suavidad al principio y va aumentando la velocidad hasta que el cuerpo de Javier se retuerce y los ojos se le nublan y un líquido blanco inunda la mano de Teresa. Teresa se limpia con las sábanas.

Javier se baja de la cama, toca un botón en la pared y sale de un hueco su traje amarillo. Y es vestido rápidamente por un robot sirviente. Agarra el computador, se introduce en el tubo metálico, el cual lo desliza hacia el subsuelo de la unidad habitacional y su cuerpo es acomodado por un robot en el vehículo invisible. Javier recorre las calles vacías en cinco minutos. Estaba prohibido circular por la calle a las ocho de la mañana. Solamente los Alfas podían deslizarse en sus vehículos invisibles. Y a esa hora todos los Alfas dormían. Javier madrugó por esas detenidas que debía purificar. Llega al Ministerio del Pensamiento y su vehículo se eleva hasta el piso 88 y se desliza por una puerta amplia y se estaciona en un garaje de los funcionarios del Ministerio. Javier baja del vehículo y desciende por un tubo metálico hasta el piso 22 y abre una puerta e ingresa y lo están esperando Ruben y Mirtha: «¿cómo atraparon a esas chicas?». Hay ansiedad en la voz de Javier. Si bien siente asco por la sangre, disfruta mucho purificar. Y Mirtha le dice: «estaban repartiendo un libro en una Unidad Educacional». Y Rubén dice: «fue un descuido de nuestros agentes educativos de esa zona. Ya fueron fusilados por descuido al orden.». Y Javier: «¿qué libro repartían?». Y Mirtha le dice con un rostro de asco: » un libro pornográfico de un subversivo, un tal Fabián Gemelotti. Este escritor era un leal a Walter, y fue purificado en 2026 delatado por un socialista Alfa que lo ve mezclado en un bar hablando con un peronista Alfa. Estaba infiltrado para hacer un atentado subversivo «.

Y Javier dice: «sí ya lo conozco, el escritor que escribió ese libro subversivo publicado en 2018 ‘Mi amigo socialista’ «. Y Rubén le contesta: «estas chicas fueron atrapadas con ejemplares de ‘Entre calenturas y otras cosas’, ese libro publicado hace más de sesenta años y que ensució las mentes juveniles». Y Javier los mira a sus jefes Rubén y Mirtha y les dice que lo conduzcan a la sala de tortura para cumplir con su trabajo. Sus jefes tienen rostros de felicidad por tener un empleado tan inteligente y tan decidido en sus actos. Se deslizan los tres por un tubo metálico hasta el piso 11 y son depositados en un cuarto bien alumbrado. Tres mujeres desnudas están sentadas en amplios sillones y frente a ellas una pantalla gigante. Sus cuerpos están desgarrados, y la sangre baja desde las cabezas, recorre los senos y las piernas, y llega a los pies y hace un charco en el suelo. Un hombre de espaldas anchas se arrima a Javier y le dice: «no hace falta el interrogatorio y de la tortura me ocupé yo mismo, ¿procedemos Señor?» y le dice que espera la orden. Javier siente nauseas con la sangre que ven sus ojos, pero la convicción de hacer el bien para que el régimen funcione lo fortalece y mira con ojos cansados y de odio a las mujeres e inclina su rostro para dirigirse al hombre de espaldas anchas. Y Javier le dice al hombre: «que empiece la purificación».

«Que los puros de almas nobles
santificados sean en las virtudes»

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