LA ESCLAVA AÑO 2248 (RELATO DE CIENCIA FICCION)

POR FABIAN ARIEL GEMELOTTI

Cuando la conocí yo era un viejo de 22 años y ella una esclava de 16 años. Estábamos en los círculos de los escombros en la ciudad abandonada. Era el año 2248 y la veo ahí agazapada recogiendo piedras. Me arrimo y le pido un cigarrillo. Saca de los bolsillos un viejo paquete de Marlboro y me da un cigarrillo arrugado.
-Lo compré en el mercado negro. No fumo mucho pero mis pulmones necesitan activarse.
-¿Cómo te llamas?
-Ayelen. Soy clase B y vengo acá a recoger escombros para mi amo el señor P.
-Yo soy un clase A y vengo siempre acá a ver a los esclavos. Me siento en una roca y observo. Hoy te vi tan bella y tan provocativa que me dije que debía hablarte.
Ese día nació el amor entre Ayelen y mi cuerpo A. La compré al señor P por diez millones de dólares y me la llevé a mi casa. Vivo en las afueras de Rosario, una casa amplia con veinte computadores y seis robots sirvientes. Y tengo a la señora G que me prepara la comida y a la señorita U que me masturba cuando estoy sentado en el sillón descansando.
-Señor esa chica que trajo tiene olor a servidumbre en su piel. Es negra como el carbón y muy joven para usted.
La señora G es como una madre y desde que mi señora madre fue evaporada por las energías de la máquina de los Amos me siento muy solo. Me desnudo y me recuesto en el sillón y viene la señorita U y me masturba un rato. Así transcurren mis años y años acá en mi residencia.
-Señor yo lo puedo amar si usted se deja amar. Deme alimentos saludables y agua y carguemos combustible y el amor surgirá.
-Niña yo solamente quiero estar acá tirado en el sillón y puedes ir por ahí ahora sos libre. Mañana te voy a presentar a los Amos que quieren conocerte.
Me pongo el traje amarronado y a Ayelen un traje negro. Pedimos un taxi y llega en tres minutos. Nos subimos y salimos por los aires rumbo a la residencia de los Amos.
Presento mi pulgar y me dicen que estoy autorizado a ingresar. Un portero negro me mira con desdén. Y una esclava rubia también me mira. Deben ser amantes el negro y la rubia. Son combinaciones muy interesantes en la Rosario de los Amos.
-Estoy leyendo 2121, una novela de ciencia ficción escrita en el Siglo XXI.
-Yo no leo nada. Estoy en otro círculo de vida.
Lo veo a Androito leer de la pantalla y veo a un adolescente hacerse figura y me da la mano.
«Soy Walter F. y me presento como energía en movimiento.
¡Maldita máquina del universo! Estos computadores que sacuden y trasladan a los personajes a la vida.
Se me acerca la rubia esclava y me da un beso en los labios. Su lengua penetra en mi boca y su saliva llega a mi interior. Se saca un ojo y me lo da y la sangre fluye como demonios.
-Presente el ojo y los Amos lo atenderan.
Un hombre alto y musculoso y una mujer delgada y fibrosa son los Amos. Son los dueños de nuestras vidas y dirigen el orden de la ciudad.
-Esa niña que es su esclava es muy bella con ese color negro carbón.
-Sí, es mi nueva esclava. Vengo a presentar a mi nueva esclava . Necesitamos su aprobación.
-Usted tuvo dos mujeres. Una tal María que murió hace cien años resbalando de las escaleras del edificio de la Unidad Kjh. Y otra mujer joven que se clavó un plátano en la boca y murió ahogada.
-Ya soy un hombre adulto y viejo, tengo 22 años. Nací hace ciento cincuenta años y mis etapas son lentas.

-Usted se debe masturbar mucho. La masturbación mantiene a la gente viva. Me gusta su rostro de desodorante para el pelo.
-Necesito que le permitan a Ayelen volar fuera de mis sentidos. Yo ya soy viejo y no necesito darle de comer a la cosa de ahí abajo. Con la masturbación me siento bien.
-Usted no conoce la historia. Antes las mujeres eran todas libres y fornicaban con cualquiera. Los hombres también. Vino la peste y tuvimos que matar a muchos. Desde la peste es necesario cuidarse mucho y masturbarse es más sano.
-Eso pido.
Desde ese día mi esclava Ayelen obtuvo su permiso y pudo volar libremente.
Yo estoy acá tirado en el sillón y la señorita U me agarra el coso y se dispone a masturbarme.

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