
POR FABIAN ARIEL GEMELOTTI
CATHERINE
Estoy solitario sentado en la roca alta de la ciudad en escombros. Desde acá puedo observar todo el panorama. A lo lejos veo una figura que se va acercando.
Trato de mirar profundo. Es una mujer delgada de cabello rubio y piel muy blanca. La mujer lleva una bolsa en el hombro y una espada en la cintura.
La veo detenerse abajo de mi roca y mira para arriba con un rostro de cansancio.
-Oye hombre estoy buscando a una esclava negra y a su amo.
-¿Quién eres?, por estos parajes de la ciudad en ruinas no se aventuran mujeres solitarias.
-Soy Catherine, vengo de más allá del Sol y me escapé de mi amo. Escuché que una esclava negra y su amo están juntando rebeldes para pelear contra los Amos.
-Ahora bajo muchacha.
Desciendo de la roca y estoy junto a la mujer rubia. Es muy atractiva con ese cabello lacio y ese rostro juvenil de ojos grises y piel tan blanca.
-Catherine soy el señor W y acá nadie manda. Sí, estamos juntando fugitivos para la gran rebelión. Toma mi mano que te voy a llevar a la cueva del oso mayor.
La aprieto fuerte y vamos caminando a la cueva. Me recuerda a María con esos ojos grises y esa piel tan blanca. Es muy joven Catherine, quizás más joven que Ayelen mi esclava. Es hermosa y siento cosquilleos en el corazón.
-Muchachos les presento a una fugitiva que viene a unirse al grupo.
Todos la miran con desdén y no hacen el menor comentario. Ayelen me mira con ternura y se me acerca y me abraza la cintura. Catherine también me abraza fuerte de la cintura. Las manos de las dos mujeres se deben estar tocando en mi espalda.
-Amo ahora que apareció esta mujer Catherine usted no podrá amarme porque sus ojos los vi iluminarse con esa mujer.
Estamos recostados en un rincón de la cueva y unas cortinas nos deja solitarios.
-Amo quiero saber si usted puede amar a una mujer.
-Ayelen he amado mucho a María y ya no puedo amar más a una mujer. Ya no siento deseos sexuales.
-Ayelen se para y se va a un rincón y se empieza a desvestir y sus senos son pequeños y sus piernas únicas.
Se corre la cortina y entra Catherine y ve desnuda a Ayelen y me mira a mí. Catherine también se desviste y sus senos son pequeños y su piel es del color de la leche. Las dos se recuestan a mi lado, una a cada lado.
Catherine me besa los labios y respondo a sus besos con mi lengua. Ayelen me desabrocha el pantalón y escarba y encuentra mi pene y se lo mete en la boca. Empieza a lamerlo con un amor de lealtad. Yo estoy confundido pero a su vez siento pasión. Catherine me besa y sus besos son iguales a los besos de María.
Ayelen deja mi pene y empieza a besarme más abajo y llega a mi ano y su lengua lame y lame con fuerza. Siento que se moja el ano y siento que puedo explotar en cualquier momento. Catherine aparta a Ayelen violentamente y mi esclava queda al costado como fatigada. Catherine se sube sobre mi pene y cabalga una dulce cabalgata. Estoy muy duro y el ruido del pene al entrar y salir es un ruido de fluidos en esa vagina muy mojada. Ayelen me besa los labios y los tres estamos ahí en la cueva del oso en una lucha por sentidos pasionales del sexo.
Catherine agarra a Ayelen de la perilla y la besa. Se besan apasionadamente y yo recostado con mi pene adentro de Catherine. Es una orgía de liberación. Catherine y Ayelen bajan las cabezas y se encuentran junto a la mía y las agarro con los brazos y le doy duro a Catherine y Catherine se va desvaneciendo en un orgasmo justo cuando acabo en un grito silencioso.
Los tres nos abrazamos ahí en el rincón y estamos recostados sin hablar. De pronto se corre la cortina y aparece mi robot H.
-Amo están entrando a la ciudad vieja tropas de los Amos.
-H déjame descansar que estoy agotado. Ocúpate de todo.
-Amo parece que no entendió lo que le dije.
-Entendi muy bien.
H se va rápido. Aparto a las chicas y me levanto y me visto en dos minutos. Las chicas se abrazan y se dan unos besos y así abrazadas se quedan mientras yo voy al encuentro de mis hombres.
Estamos en la ciudad derruida. Tropas de los Amos vienen a buscarnos.

