DEL ACOSO Y LA ESTIGMATIZACION AL GENOCIDIO

POR FABIAN ARIEL GEMELOTTI

El acoso es la forma sutil de destrozar la subjetividad de una persona. Estigmatizar, denigrar, poner apodos… todo con una finalidad concreta: lograr crear un vacío en la persona acosada para destrozar su vida. Y también hay acoso a grupos concretos de ciudadanos. Se destroza individualmente a alguien y se lo estigmatiza.

En la Alemania nazi se los estigmatizaban a los judíos poniéndoles una cinta en el brazo con la estrella de David. Entonces la población de esa forma entendía que el judío «era peligroso». El Estado lo señalaba como un ser «despreciable». La propaganda nazi estaba dirigida a crear una hegemonía de superioridad racial y todo lo que no encajaba en esa hegemonía era destruido por el Estado. El Estado a través del Ministerio de Propaganda difundía su ideología y la población quedó convencida de la «verdad» nazi. Y así pudieron llevar a cabo el genocidio.

Los romanos a los cristianos lo estigmatizaban con esta frase: «siguen a un judío peligroso». El judío si bien estaba aceptado en la Roma Imperiel sufría estigmatizaciones por ser monoteísta en una sociedad politeista Esa frase funcionó y los cristianos eran considerados «seres peligrosos y que no encajaban en la hegemonía Imperial».

Durante el Proceso una forma de denigrar y fomentar el odio hacia la izquierda y hacia el Peronismo era decir: «tiran bombas esos melenudos». Una frase tan simple funcionó. Los medios masivos de ese entonces mostraban que el pelo largo, la barba y cierto pensamiento liberador era «peligroso» y no había que juntarse con esa gente. Circulaba el discurso que «los subversivos asesinan niños».

Todo lo diferente y cuestionador al Proceso era considerado «subversivo». Así un poema como una letra musical o una película era censurada por «subversiva». La desaparición de personas y el asesinato de militantes se logra por la hegemonía creada por los medios, la ayuda de los servicios internacionales y la complicidad de muchos políticos. Se mataba «la basura», repetían los comunicadores televisivos. La población no decía nada porque estaba convencida que «eran subversivos».

Esas son formas del acoso político. Acoso de grupos, ideologías y tendencias.

En la Argentina de Milei la estigmatización es también tendencia y sirve para que los libertarios (palabra mal usada porque libertarios fueron los anarquistas y los conservadores milenistas se apropiaron de esa palabra) puedan gobernar tranquilos sin estallidos y sin rebeliones de ningún tipo.

A los «viejos» se los denigra con jubilaciones de hambre y con el olvido. Esta gente tiene un desprecio muy grande por la vejez y por todo lo que sea historia. Para ellos el pasado histórico está en un error y el «viejo» es parte de ese pasado. Primero denigran al «viejo» como inservible. Después denigran al «pobre» empobreciendo a la población para que no tenga fuerzas para juntarse a protestar. Nadie se le revela a Milei. Milei es dueño y señor de las frustraciones y la miseria de la población.

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