
POR FABIAN ARIEL GEMELOTTI
Como planteaba en mi anterior artículo sobre Milei (y en los artículos de 2023 sobre el por qué de Milei) la Argentina está atravesando cambios muy rápidos que son consecuencia de años de desempleo y trabajos basura.
Vayamos por parte. Los nacidos entre 1985/9 ahora con treinta y pico de años y llegando a los cuarenta no vivieron los años de lucha y resistencia del país. Nadie elige el año ni siglo en que va a nacer, pero se nace en un año determinado y todos atravesados por las circunstancias que nos toca vivir. Así que este tema generacional no es un problema de naturaleza, sino un problema de época histórica generacional. Y cuando digo «trabajos basura» me estoy refiriendo a trabajos alienantes y sin aportes y sin cobertura de salud y muy mal pagos.
Lo que decía Trotsky: «el capitalismo tiene sus mecanismos de neutralizar las luchas de los trabajadores» (León Trotsky, Terrorismo y Comunismo, el Anti Kautsky; Editorial Luz año 1941, primera edición en español); y Milei y su gente han logrado lo que otros no pudieron: neutralizar todo pensamiento contra el Gobierno.
Milei surge como un profeta de la libertad y logra captar la atención de esa masa de trabajadores informales que no tuvieron inserción en el mercado del trabajo argentino. Y cuendo digo que no tuvieron no es solamente una mera frase de adorno; en la Argentina pos Dictadura la desindustrialización (que fue iniciada con las políticas económicas del Régimen Dictatorial) se aceleraron para desarticular a la clase trabajadora y sumergirlos en trabajadores golondrinas de empleo en empleo. Fueron cuatro décadas marcadas por el vaciamiento del Estado en pos de negocios particulares y de multinacionales al servicio del capital financiero y agrario.
El sector sojero creció en Argentina con un dólar barato en los ´90 desplazando al sector industrial. Después vino el Kirchnerismo y trató de implementar políticas sociales y lo logró. Pero en 2015 el país que iba camino a salir adelante y lograr insertarse en el Capitalismo Internacional dio un vuelvo electoral y Macri ganó unas elecciones «prolijas» apoyado por un gran sector de la sociedad que odiaban «el bienestar Kirchnerista» y nutridos de la información mediática de derecha que bombardeaba y creaba un odio profundo a las políticas sociales. Macri contrae deuda en 2018 con el F.M.I. y el país cae nuevamente en una paradoja de vaciamiento. Si el país venía bien a partir de 2018 empieza su declive.
Después en 2019 un Gobierno como Alberto, que no fue un mal Gobierno desde lo económico, tuvo una pandemia y muertes y mucha mala suerte en sus gestiones. Pero el país funcionaba, el consumo era aceptable y los salarios supieron imponerse a la inflación.
¿Por qué gana Milei en 2023? Milei era un personaje desconocido, un tipo con el pelo revuelto y con un lenguaje muy pobre que logra imponerse en las Elecciones en Segunda Vuelta. Argentina no venía mal pero los medios masivos y las Redes Sociales supieron trabajar a destajo para llevar a Milei a la Presidencia.
Las empresas que hicieron la campaña de Milei crearon un ejército de trolls para adoctrinar a la población, millones y millones de dólares invertidos. Y Milei pudo imponerse no solamente en el pensamiento de la Oligarquía (que tuvieron su partido con Cambiemos) sino en el pensamiento de la clase más humilde del país. Milei ganó votos en los barrios humildes y hasta en las llamadas Villas de Emergencia. Ese sector que siempre fue Peronista le dio la espalda al Peronismo.
¿El Peronismo? Fue perdiendo fuerza de captar a la población y se fue vaciando de contenido y haciendo sectario. Como ocurre a todo partido tradicional el Peronismo se fue apartando de la gente, no en el sentido de ayuda económica, sino en el sentido de no lograr conexión emocional con el Pueblo.
El peronismo de ser el partido de la Historia Argentina se fue quebrando en sectores. A Cristina la Justicia la fue acorralando y le inventaron causas y los medios la vapulearon como «la Chorra» y la gente compró ese discurso de odio.
¿Y los jóvenes, la franja electoral que define unas elecciones? La juventud argentina no es Peronista ni tampoco es de Izquierda ni de Derecha ni nada. No les interesa los planteos políticos. Claro que hay excepciones como en todo, pero una gran mayoría vive sumergida en su «Realidad» y no puede conectar su vida a un hecho colectivo. Los nacidos en fines de los noventa y los nacidos a partir del nuevo siglo nacieron en un país desindustrializado y con un futuro laboral incierto.
Al llegar a los veinte años no pueden encontrar trabajo bien remunerado y con cobertura de salud y aportes. No hay trabajo formal en Argentina y cada uno esta obligado a forjar su destino como pueda o vivir de trabajos propios. Los jóvenes con padres con dinero pueden estudiar y tener un porvenir. Los chicos con padres sin trabajo y con empleos golondrinas ven su vida muy obscura y sin porvenir. Esa juventud queda en falta y vive alimentada en la fantasía del éxito que crean las redes sociales; una ficción de rostros bellos por el photoshop y los filtros que endulcoran la vida.
Pero al salir de esa ficción mediática se encuentran con una realidad que golpea fuerte. Milei con su discurso de motosierra y odio logra captarlos con la ilusión del Libre Mercado; pero lo que no dice Milei (y nunca lo diría) que el Libre Mercado favorece la evasión y el saqueo y a las empresas de importación; al sector que capitaliza dividendos explotando y vaciando el país. El dinero se lo llevan afuera. Creer que iban a cobrar en dólares es de una inocencia muy de Redes Sociales. En las Redes todos se sienten imponentes en un país de pobreza en su pensamiento.
¿Y la solución? Ese es otro problema, cómo lograr penetrar y por dónde entrarle al pensamiento hegemónico. Eso será parte del tercer artículo.

