LA ERA MILEI (PARTE III)

ESCRIBE FABIAN ARIEL GEMELOTTI

¿POR QUÉ NO ESTALLA EL PAÍS?

Hay un par de cosas que están pasando ahora que son cosas que en otra época no pasaban estas cosas. Heidegger diría «es la cosa lo que retrasa que explote la cosa». Pero este no es un artículo sobre la cosa metafísica de Heidegger, ni tampoco se pretende excitar las neuronas de la cosa. En la Argentina 2024 que va camino a la Argentina 2025 no pasa nada significante en los cuestionamientos a las políticas económicas del Gobierno de turno.

Argentina tuvo varias «crisis» (por ponerle una palabra a los muchos movimientos de saqueos y pobreza porque el saqueo es destrucción y la crisis puede ser una cosa diferente como la crisis de la banana con dulce de leche de la vecina del barrio que tiene un significante diferente a la cosa política). La Argentina de Milei está favorecida por cosas que antes no teníamos. Si en 1989 al débil Alfonsin lo voltean los mercados ahora los mercados se favorecen con Milei. Si en el 2001 a la clase media le retienen los ahorros ahora en 2024 se los devalúan con tasas de intereses muy bajas y con una hiper inflación camuflada con números dibujados por el Ministerio de Economía. Milei y su gente (su gente serían los mercados y los cocoliches que festejan el saqueo) tienen a los astros de la discordia a su favor.

El desempleo hizo su trabajo prolijo en Argentina y creó trabajos golondrinas sin aportes y sin obras sociales. «Arreglate como puedas», la frase que desde los noventa viene tragando dos o tres generaciones que viven «como pueden».

Pero tenemos también a la clase media «acomodada». Empleos bien pagos como bancarios, judiciales, médicos especializados, obreros de empresas con exportación de maquinarias agrícolas, los aceiteros… pero esos mal llamados «trabajos del privilegio» (porque ningún trabajador es privilegiado) ven caer sus ingresos como en una caída libre a un pozo sin final. De ser trabajadores con salarios por arriba de todos se están viniendo escalones abajo. Los logros sindicales y acuerdos de ingresos con la patronal estatal y privada se evaporan con el libre mercado y un dólar barato y un peso inexistente.

La clase media que en 2001 salió a la calle desesperada porque les «retenían» los ahorros en dólares y querían devolverles en pesos ahora esa clase media siente «vergüenza» de decir que es pobre y se está cayendo. La clase media se cae, se evapora en las tinieblas de la decadencia social. De viajar a Europa y cambiar el auto todos los años y hacer alardes de grandeza ahora no llega a fin de mes. Esa cosa es la que favorece a Milei porque Milei sabe que la clase media no se puede rebelar en esta coyuntura histórica.

¿Y los desclasados? El desclasado, que no es peyorativo llamarlos así, en el 2001 no tenían jubilaciones ni subsidios. Vivían de la pesca y la caza. Esos desclasados (un término marxista del Siglo XIX empleado para nombrar a los habitantes del bajo mundo de Londres y París) lograron insertarse en el capitalismo gracias al Kirchnerismo. La gran mayoría logra la dignidad que da una jubilación, el acceso a la educación y la salud pública. De no tener nada acceden «al bienestar» de ser parte importante del capitalismo nacional. En 2024 no hay personas mayores de 65 años sin una jubilación. Esas jubilaciones se evaporan con Milei pero todavía pueden acceder al sistema de distribución.

¿Cómo van a salir a la calle si todavía pueden comprar una fruta y un pedazo de carne? Tendrían que salir a reclamar por la falta de medicamentos, por los aumentos en alimentos y porque no llegan ni al día diez del cobro. Pero todavía hay un margen que el Gobierno maneja en forma inteligente para neutralizar la protesta. Si bien los jubilados que aportaron a una Caja y los que no aportaron porque sus patrones evadieron y no les hicieron aportes o porque al ser cuentapropistas no podían aportar por falta de recursos los miércoles salen a protestar, esas protestas son insignificantes para desestabilizar las políticas de Milei.

¿Por qué no explota Argentina? Argentina está viviendo su etapa de vergüenza de la clase media que no puede admitir su caída a pobre; y de las migajas que reciben los desclasados (que fueron los únicos con aumentos del cien por ciento en sus ingresos en este Gobierno); esa cosa hace que la cosa no explote porque para que haya un pensamiento que se ponga en práctica contra las políticas de Milei la cosa debería ser una cosa colectiva y admitirse que nadie se salva solo cuando la clase dominante te mete las manos en el bolsillo.

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