
POR LIC. LILIANA RUEDA [*]
La Escuela Pública es el espacio de encuentro exclusivo con las/os otras/os, con esos seres que despliegan una multiplicidad de aspectos sociales, culturales, económicas, otros. Lo que hace que la escuela se convierta en un lugar de aprendizaje constante junto a esas diversidades, por y para ellas. No hay límite posible para aprender cuando precisamente el aprendizaje ocurre en la interacción con la otredad, esas/os otras/os que alimentan la vida y la práctica social de quienes las/os rodean.
La Educación es un Derecho Humano, un Derecho que tenemos las personas por el solo hecho de ser personas, y a todas/os se nos debe brindar la posibilidad de acceder y ejercerlo para poder resolver en sociedad nuestro compromiso y responsabilidad ciudadana. Y si el estado no genera políticas educativas que prioricen la garantización de este derecho para todas/os, esto ocasionará que haya personas que por encontrarse en alguna condición de vulnerabilidad verán afectada su propia dignidad.
A las Escuelas Públicas asisten “los cualquieras”, expresa el Docente e Investigador Argentino Carlos Skliar, quienes precisamente entran a la escuela por pertenecer a ese colectivo. Esos “cualquieras” representan la diversidad, la inclusión, porque la exclusión no es propia de las escuelas públicas. A las instituciones públicas entran todos, todas, está “prohibido” impedir el acceso a alguien. Aquí entran “los Nadies” (Eduardo Galeano), los Juanitos Laguna (Antonio Berni), los desahuciados, los excluidos, las/os no binarias/os, todas/os ellas/os son bienvenidas/os.
Y la bienvenida a esas/os “cualquieras” hace que el paso por la escuela pública sea un hecho excepcional, extraordinario, incomparable con cualquier otro. Y es en esos encuentros de las/os “cualquieras”, en los pasillos, patios y aulas de las públicas, que quienes ahí convivimos tenemos la posibilidad única de formarnos como personas. Estudiar en una escuela pública se convierte en un espacio digno de transitar.
Transitar las instituciones públicas significa tener la posibilidad de ser mejores personas porque la inclusión produce el encuentro entre las “diversidades más diversas” que habitan la escuela pública. Y ese encuentro y, por qué no, desencuentro, pero convivencia al fin, con la otredad, hace que nuestro crecimiento y nuestra formación se desarrolle reconociendo a las/os otras/os. No hay actitud más noble y digna que esa.
Que nadie quede impedida/o de la posibilidad de tener la experiencia única que representa estudiar en una escuela pública, ya que es una práctica social que no se le parece a ninguna otra, es algo irrepetible, inigualable. Que nadie se prive de la posibilidad de ser mejores personas. Y que el estado siempre garantice el derecho a la educación de calidad.
EDUCACION PÚBLICA SIEMPRE.
ESCUELAS PÚBLICAS SIEMPRE.
UNIVERSIDAD PÚBLICA SIEMPRE.

[*] NOTA PUBLICADA EN LA REVISTA IMPRESA N° 13 – DICIEMBRE DE 2024
