CHINA EN LA ENCRUCIJADA Y EN EL AÑO DE LA SERPIENTE

PINTURA MURAL DE LA TUMBA DE ZHUANG HAI: «OBSERVANDO PÁJAROS Y CAZANDO CIGARRAS» ARTE DE LA DINASTÍA TANG (SIGLO VII Y X D.C.)

POR JOSE IGNACIO AGOSTINI

MUJERES, TRABAJO Y NATALIDAD, EL DESAFÍO LABORAL DEL SIGLO XXI

Aunque parece lejano, tiene mucho que ver con cómo se construyen las sociedades y cómo se enfrentan los desafíos del futuro. Se habla de China, un gigante que no solo está en la mira por su economía, sino también por cómo está abordando dos temas clave: la participación de las mujeres en el mundo laboral y la crisis demográfica que lo tiene en jaque. 

En las últimas décadas, las mujeres chinas han ganado terreno en el mercado laboral, especialmente en áreas profesionales y técnicas. Esto no es casualidad: el Gobierno impulsó políticas educativas que les abrieron las puertas a la formación académica. Pero, como en muchos lugares del mundo, el camino no es color de rosa. Las Chinas todavía se enfrentan a brechas salariales, dificultades para llegar a puestos de Liderazgo y, sobre todo, a la presión social que les exige cumplir con roles tradicionales, como ser madres y esposas. 

El Derecho Laboral Chino intentó ponerle un freno a estas desigualdades con Leyes que Prohíben la Discriminación por Género y Promueven la Igualdad Salarial. Pero, como bien se sabe, las Leyes no siempre cambian la cultura. Las mujeres siguen chocando contra un techo de cristal y lidiando con la difícil tarea de conciliar el trabajo con la vida familiar. Y ahí es donde las cosas se complican. 

Otro tema que preocupa a China es la baja tasa de natalidad. Esto no es nuevo: la famosa política del hijo único, que estuvo vigente hasta 2015, ayudó a controlar el crecimiento poblacional, pero también trajo consecuencias inesperadas, como el envejecimiento de la población y una disminución en la fuerza laboral joven. 

En 2016, el gobierno flexibilizó las reglas y permitió que las parejas tuvieran dos hijos. Pero, ¿adivinen qué? No fue suficiente, aún. La baja de la tasa de natalidad por tercer año consecutivo se presenta peligrosamente. Hoy Barat, ex India, superó a China como el país con mayor cantidad de población. Muchas mujeres chinas, especialmente las más jóvenes y profesionales, sienten que tienen que elegir entre su carrera y la maternidad. Y en muchos casos, deciden postergar o directamente renunciar a tener hijos. Esto, claro, agrava el problema demográfico. 

Para entender mejor estas tensiones, se pueden mirar algunas series chinas que están dando que hablar. Traigo estas producciones audiovisuales porque son producto de la reproducción simbólica de una cultura. Por ejemplo, «La Historia de la Chica de las Perlas» y «La Vida Racional» muestran a mujeres que luchan por crecer profesionalmente, pero se topan con las expectativas tradicionales de la sociedad. En estas historias, las protagonistas enfrentan la presión de casarse, formar una familia y, al mismo tiempo, abrirse camino en un mundo laboral dominado por hombres. 

Estas series no son solo entretenimiento: son un reflejo de lo que viven muchas mujeres chinas hoy. La tensión entre el deseo de progresar y las expectativas culturales es algo que está ahí, latente, y que las políticas laborales no pueden ignorar. 

En este contexto, es interesante mirar hacia el futuro y conectar estos desafíos con el Año Nuevo Chino 2025, que estará regido por la Serpiente, uno de los animales más simbólicos del Zodiaco Chino. La Serpiente es un signo que representa sabiduría, transformación y adaptabilidad. Según la tradición, quienes nacen bajo este signo son intuitivos, astutos y capaces de superar obstáculos con paciencia y estrategia. 

El Año de la Serpiente podría ser un momento clave para que China encuentre soluciones creativas a sus desafíos actuales. La Serpiente, con su capacidad de renovarse y adaptarse, simboliza la posibilidad de transformar las dificultades en oportunidades. En este sentido, podría ser un año propicio para avanzar en políticas que fomenten la equidad de género y aborden la crisis demográfica con enfoques innovadores. 

¿QUÉ SE PUEDE HACER? 

China tiene un desafío doble: por un lado, necesita seguir avanzando en la inclusión laboral de las mujeres, y por el otro, tiene que encontrar la forma de revertir la baja tasa de natalidad. Algunas ideas que podrían ayudar: 
Primero, reforzar la igualdad de género y asegurar que las mujeres tengan las mismas oportunidades y salarios que los hombres. 
Segundo, facilitar la conciliación entre trabajo y familia con horarios flexibles y apoyo para el cuidado de los hijos. 
Tercero, promover un cambio cultural que valore el rol de las mujeres en el mundo laboral y no las obligue a elegir entre su carrera y su vida personal. 
Cuarto, incentivar la natalidad con políticas reales, como subsidios para el cuidado infantil y beneficios fiscales para las familias. 

Si China logra equilibrar estos aspectos, no solo mejorará la calidad de vida de sus mujeres, sino que también asegurará un futuro más sostenible para toda la sociedad global. 

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