
POR ADAN ALEJANDRO COSTA
La Liga de los Pueblos Libres que encontraba identificación en José Gervasio de Artigas, su orientador, hizo la guerra en tres frentes simultáneos. A los Españoles, a los Portugueses y a los Porteños. Hacia 1815 representaban la mitad de las provincias de lo que hoy llamamos Argentina.
Fue un movimiento social y político profundamente popular y democrático, seguramente por eso se llevaba la inquina de los contrabandistas comerciantes porteños que estaban en el poder en Buenos Aires. Promovían las autonomías de las provincias frente al dirigismo porteño.
Los indígenas fueron parte activa de ese Movimiento Político y Cultural, entendían que los territorios que ocupaban iban a estar más protegidos frente a las angurrias siempre latente de los Sectores Económicos que los querían ocupar para explotar lo que era la principal fuente económica del Siglo XIX, las vacas y el puerto.
Tal es así, que los lanceros mocovíes fueron decisivos en la Estructura Guerrera de Artigas. El 29 de junio de 1815, en el Arroyo de la China, actual Concepción del Uruguay, se declaró la Independencia, un año antes que la del Tucumán, aunque por obra de los sesgos de quienes controlan el modo en que se cuenta la historia, este acto de colosal trascendencia emancipadora, fue ocultado y negado.
La Provincia de Santa Fe, que por vez primera había elegido un Gobernador Democráticamente, estaba incorporada a la Liga, por eso nunca envió representantes al congreso del Tucumán. La independencia ya estaba decidida.
Hoy Santa Fe elige representantes en sus ciudades y sus pueblos, muy pronto renovará su Constitución Provincial, es hora que se haga cargo de la historia, asuma sus sesgos y su brechas culturales y sociales, garantizando la participación social y política de sus comunidades preexistentes y persistentes. Los Concejos Municipales y el Parlamento Provincial tienen que contar con representaciones Indígenas. Es ahora.
