EL DÍA DE LA INDEPENDENCIA

PROF. FERNANDO E. DELMONTE

En días celebraremos el Ducentésimo Noveno Aniversario de la Declaración de la Independencia Argentina, esa humilde casona colonial cedida por Francisca Bazán de Laguna pasaría a ser conocida como «La Casa de Tucumán”. No había en la localidad una propiedad que pudiera albergar a los Congresistas que provenían de cada rincón de la aún nonata Argentina, si bien hubo que hacerles algunas modificaciones, como tirar abajo un par de paredes aun así, esta humilde pero bella casa fue el escenario de nuestra Declaración de Independencia.

La ausencia de los Congresistas de Santa Fe, Misiones, Corrientes, Entre Ríos y la Banda Oriental dejan en evidencia las profunda “Grieta” entre el  Interior y Buenos Aires, su política de Poder Centralizado no podía ser disimulada aun eligiendo como sede de este Congreso a la lejana Tucumán.

Nobleza obliga mencionar el Congreso de Arroyo de la China, también conocido cono Congreso de los Pueblos Libres convocado por José Gervasio Artigas  que reunió a los Representantes de las Provincias que formaban la Liga Federal y en su Sesión del 29 de Junio de 1815 Proclamó la Independencia de las Provincias del Río de la Plata, pero como burla del destino el Acta nunca se encontró. Mientras tanto Buenos Aires conspiraba para invadir Santa Fe para mantener bajo su control su puerto y por supuesto la Aduana y en lo posible eliminar a Artigas, con este panorama era difícil que el Caudillo de la Banda Oriental enviara Diputados a Tucumán.

Pero volviendo a Tucumán en las jornadas que antecedieron al 9 de julio se escucharon propuestas que iban desde una Monarquía Constitucional  con algún descendiente del Antiguo Imperio Incaico (Belgrano) hasta la posibilidad de un Protectorado Inglés o la Anexión de Portugal. Entre tensiones y acalorados debates llegó la tarde de ese 9 de Julio, la Presidencia del Congreso estaba a cargo del Sanjuanino Narciso Laprida y el Secretario Juan José Paso, que a viva voz interrogó a los Congresales presentes «si querían que las Provincias de la Unión fuesen una Nación Libre de los Reyes de España y su Metrópoli», la respuesta ya la conocemos. Un papel clave representó San Martin, en su insistencia en que se declarase la Independencia cuanto antes, pero fue el diputado por Buenos Aires, Pedro Medrano, conocedor del sentir de San Martin que hizo agregar al Acta original la frase que reza  «de toda otra dominación extranjera» pequeño detalle este que dió un punto final a todo debate de ofrecer esta tierras a otra potencia.

Pero la pregunta del millón es dónde esta ese Acta Original de la Declaración de Independencia del 9 de julio de 1816, a decir verdad, hay versiones que afirman que se perdió por el camino, es decir en su derrotero desde Tucumán a Buenos Aires. Muchas son las  versiones, desde que Artigas envió a sus Orientales a secuéstrarla, hasta que el chasqui Cayetano Grimau y Gálvez, que tenía la misión de transportarla la extravió en situaciones no claras. Hoy las opiniones están repartidas si los ejemplares del Acta que se encuentran  en la Casa de Tucumán y en el Archivo General de la Nación son copias u originales.

Lo que no es una copia es lo que representa, su esencia, el sentido de cada una de sus palabras, que fueron escritas con la Sangre y el Sacrificio de numeroso Héroes Anónimos que dieron su vida por el Ideal de la Libertad.  Parafraseando a Rodolfo Páez (Fito) , “…en tiempos egoístas y mezquinos…” Hoy Nuestra Independencia Económica, es violada por Gobiernos Endeudadores seriales que han hipotecado a todos los Argentinos, nuestra Independencia Política, pisoteada por un Presidente que prefiere rendir Honores a la bandera de la Estrella de David y desestima la Invitación al Acto de la creación de Nuestra Insignia Nacional aquí en Rosario y por último Nuestra Independencia, en la Justicia Social, es apaleada y gaseada cada Miércoles en la persona de Nuestros Jubilados y la lista sigue. Hoy somos testigos como esa “Dominación Extranjera” ha mutado en formatos Autóctonos que amparándose en errores políticos del pasado, justifica no solo la Destrucción del Estado como Organización Política sino de la Patria misma, aquella Patria, que desde Tucumán Gritaba hace 209 Años ser una Nación Libre y Soberana.