


POR ALBERTO CORTÉS
El Gobierno de Milei, repitiendo esquemas ya fracasados como el de Martinez de Hoz, bajo la Dictadura Militar, y el Menemismo-Alianza luego, ha acotado el crecimiento inflacionario, manteniendo artificialmente bajo el Dólar y, aunque los números del índice de precios al consumidor están convenientemente maquillados a la baja (no actualizando, como técnicamente se debería, el perfil de consumos de los argentinos), mantiene todavía cierta imagen de haber domado la inflación.
Tratándose de un presidente que pocas veces dice la verdad sobre algún tema, en este afirma que la causa es haber cortado el déficit fiscal y la emisión, pero a sabiendas de que las causas reales son otras: recesión extrema (que baja la inflación como lo hizo en 2020 la provocada por el aislamiento del COVID, aunque entonces, déficit y emisión hayan crecido fuertemente) e intervención del Estado en las negociaciones salariales entre empleados y patrones, imponiendo aumentos de sueldos menores a la inflación; y también intervención estatal para intentar anclar al dólar.
Así, entre Enero de 2024 y Mayo de 2025, los precios, aumentaron un 147%, pero el dólar sólo un 52%. De este modo, logra mantener los índices inflacionarios en valores sensiblemente menores que los de 2023 (Pero todavía excesivamente altos. Esto, según las publicaciones oficiales. Aún mayores, en la realidad). Las consecuencias se sienten en los bolsillos de la mayoría de asalariados formales e informales y cuentapropistas con ingresos que no exceden (y en un altísimo porcentaje no llegan), a los necesarios para cubrir sus necesidades de alimentación y vivienda. En aras de arañar esa meta, muchos recurren a horas extras o varios trabajos, haciendo ilusoria aquella conquista de los trabajadores de fines del Siglo XIX, de las 8 horas, y por la que murieron (asesinados en uno de los tantísimos crímenes de Estado de los EE.UU.), los Mártires de Chicago que motivaron la conmemoración de los 1° de Mayo. Esto se da, en una época histórica en la que la productividad del trabajo ha crecido enormemente, o sea que en 8 hs. cada trabajador produce muchísima más riqueza que en aquel momento. Es obvio que, si hoy no le alcanza, es porque alguien se queda con la mayor parte de ese sobreproducto. Basta mirar las grandes ganancias de los Balances en Bolsa de las mayores Empresas del País, para saber quiénes (sobre todo, las que no tienen el grueso de sus inversiones ligadas al mercado interno, ya que este también está en problemas).
Otra parte de la población, bastante más pequeña, pero no despreciable en cuanto a su volumen, con ingresos son suficientes para cubrir sus necesidades básicas y tener algún excedente que les permite viajar y adquirir vestimentas, electrodomésticos, etc., disfruta de la posibilidad de Dólares Baratos –la Famosa “Plata Dulce»– para viajar al extranjero o adquirir productos importados…mientras dure.
Este esquema, al que hay que sumar los pagos de una Deuda Pública (cada vez más creciente e inmanejable), en Dólares y las importaciones imprescindibles para el funcionamiento del aparato productivo; requiere un creciente y monumental ingreso de Dólares al país, para poder mantenerse.
A los ingresos de divisas por Exportaciones Agropecuarias (superada la gran sequía del 2023), se suman crecientemente los ingresos por Exportaciones Hidrocarburíferas, a medida que se va desarrollando el Yacimiento de Vaca Muerta.
Aun así, y manteniendo además bajas las normales importaciones virtuosas de bienes de capital e insumos para una industria que está hoy más deprimida que nunca; la fenomenal sangría en turismo e importaciones de bienes finales (que no aportan a, sino que compiten con, la Industria Nacional); y los también crecientes pagos de capital e intereses de deuda externa; no alcanzan a ser compensados ni superados por los ingresos regulares de Dólares al país, lo que se refleja en un estancamiento de las reservas internacionales del Banco Central (y reservas netas, es decir, restando los compromisos de corto plazo y algunos otros rubros, negativas).
Por eso, el régimen viene inventando permanentemente subterfugios para poder sacar de la galera, no conejos, sino dólares; y tapar con ellos los agujeros de la nave mileísta, e impedir que naufrague.
El blanqueo de capitales, le permitió en su momento navegar unos km. más. Luego vino el ingreso de créditos del F.M.I. (aumentando, pese al relato mentiroso del régimen, todavía más la deuda pública) y, por último, el intento fracasado de que salieran los dólares “del colchón”.
En los últimos meses, le había funcionado bastante el incentivo al “Carry Trade”. Es decir, tentar a los tenedores de Dólares (Argentinos o Extranjeros) a cambiarlos por Pesos para colocarlos en plazos fijos u otras inversiones en Argentina, aprovechando tasas de ganancia que –en la medida en que el Dólar se mantenga estable-, significan altísimas rentabilidades en esa moneda, que no lograrían en casi ningún otro Negocio en el Mundo (con la “honrosa” excepción del Tráfico de Drogas, Armas y algún otro Comercio similar). Poder realizar esas enormes utilidades requiere, como condición indispensable, salirse a tiempo. Es decir, volver a comprar dólares antes de que éstos suban.
Este mecanismo, en el cual las ganancias de unos pocos no salen de la nada, sino del trabajo de millones de argentinos, que sudan bastante más de ocho horas para recibir retribuciones miserables, mientras el fruto de todos esos trabajos se escurre por estos y otros mecanismos perversos; tiene duración corta.
Lo sabemos por varias experiencias en Argentina, la última de las cuales fue la crisis del Macrismo, en 2018.
Cuando los inversores ven acercarse una devaluación, comprar dólares antes de que llegue, significa ganar mucha plata (en Dólares); y en cambio, quedarse dormidos y comprarlos después, salir derechos, o incluso perder. Se apresuran entonces a dolarizarse y desatan así la corrida cambiaria que hace autocumplir la temida devaluación.
Esto, claro, a menos que el mago logre sacar de la galera más conejos, pero éstos se terminan en algún momento.
El consejo de la consultora internacional JP Morgan de irse al Dólar ahora (cuando hace unos meses proponía lo contrario, precisamente para aprovechar el Carry Trade), y la consecuente suba continua de la cotización del dólar, sugieren que ese momento podría haber llegado (a menos que Caputo encuentre algún otro conejo).
La apuesta fundamental del Criptoestafador Milei era diferir ese momento para después de las elecciones del 26 de Octubre, en la esperanza de que la ilusión de una inflación contenida (que en cambio puede dispararse con una devaluación importante, aunque algunos suponen que, en medio de la recesión, el impacto inflacionario podría ser acotado) le permita un resultado electoral que lo muestre “victorioso” (aunque en realidad esa “victoria” esté construida principalmente de una enorme abstención), o al menos mejorar sustancialmente para los liberticidas su cuota de Diputados y Senadores propios en el Congreso.
Esto último puede ser vital, porque en la última semana, rápidamente gobernadores y legisladores serviles hasta aquí, a la protodictadura de Milei; comenzaron a darse vuelta y dejar de votarle cualquier barbaridad, hartos de los incumplimientos de las promesas por agachadas anteriores, molestos por los armados electorales de L.L.A. en las Provincias para competir con los de los oficialismos locales, y oliendo tal vez que a este Gobierno se le acaba la buena suerte. También el Gobierno otea ese final, y por ello salió (Caputo+Fantino+Milei), a culpar a los que no votan como ellos quieren, por la catástrofe que, hasta ellos mismos, admiten cercana.
Mientras tanto, el Régimen aprovechó los últimos días de las facultades legislativas delegadas por los Traidores a su país que le votaron la “Ley de Bases”, para acelerar su destrucción del país, de su futuro y de las vidas de muchos argentinos, cerrando Vialidad Nacional, el Instituto Nacional del Cáncer y el de Enfermedades Cardiovasculares; esterilizando los principales organismos de construcción de Ciencia y Tecnología; y acentuó al mismo tiempo el sesgo dictatorial del Estado que pretende construir (no destruir, como prometió), con la reformas, por decreto, a las leyes orgánicas a todos los organismos de seguridad federales, y represiones varias a quienes disienten.
