LA FAMA O LA VIDA

JAVIER GERARDO MILEI – PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ARGENTINA (PERÍODO 2023-2027)

POR FABIÁN ARIEL GEMELOTTI

El Siglo XXI entra con la Internet, esa cosa que permite navegar sin moverte de tu casa. La Internet es la píldora salvadora o es la salvación a la píldora. Uno nunca sabe. El Siglo XXI es el Siglo de los salvadores y de la mística religiosa sin religiosidad de crucifijos y estampitas.

En la era Milei un Pastor Evangelista transforma pesos en dólares. Jesús hace dos mil años usó el látigo para fustigar a la Oligarquía de su época. Milei en uno de sus arranques psicóticos se abraza al pastor y canta su aleluya ante espectadores que pagaron cien mil pesos para escuchar su discurso salvador. Milei tiene la motosierra y hace gestos. Los espectadores aplauden y gritan el aleluya evangélico. Todos ahí en agitación y el pastor con sus cien mil dólares feliz como empresario de la nueva Argentina.

Hay una nueva Argentina a partir de Milei. La Argentina de los milagros y el odio y el salvate solo. Milei es el apostol de la motosierra.

La sociedad de la internet, la sociedad del facebook y la locura de esa chica que en su casa con techo de chapa quiere aparecer en redes y tener muchos «Me Gusta» y Corazoncitos. Las mujeres quieren atraer ganado a sus redes. Los hombres babosos en su calentura provocan con chistes de la locura. El amor virtual es el virtualismo político de la era Milei.

El pastor transforma pesos en dólares. En las redes transforman a la chica y al chico sin trabajo en «Famosos», esa fama familiar y de amigos que da un videito mostrando tangas y músculos. Pero la chica no quiere músculos, busca algo más. Busca la estabilidad que no le da el trabajo estable. Busca al mequetreque que le transforme su vida en dólares. El pastor transforma pesos devaluados y sin futuro en verdes ostentosos.

Es la Argentina de Milei. La Argentina de una Juventud buscando gotas de fama en redes y trabajando por ochocientos mil pesos al mes en un trabajo donde no tiene futuro.

El futuro se evapora en la era Milei. Se evapora porque el futuro es el instante del presente; ese presente de Redes Sociales donde «No Hablemos de Política», porque lo que se busca son identidades virtuales.

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