UN PLAN SUJETO CON ALFILERES

POR ALBERTO CORTÉS

El objetivo central del Gobierno de Milei es reconfigurar al País, lo más que pueda, en un Ente absolutamente subordinado en sus políticas a los intereses de EE.UU. e Israel; con trabajadores y sectores populares empobrecidos lo máximo que soporten; algunos enclaves extractivistas de megaminería e hidrocarburos, en manos de grandes capitales, predominantemente extranjeros; un agronegocio participante como socio subordinado y negocios financieros divorciados de la producción en un lugar destacado. Luego, como claque aplaudidora, una Clase Media Alta que disfrute –al menos en algunos ciclos cortos como el actual– el espejismo de la “Plata Dulce” (importaciones innecesarias y turismo al exterior artificialmente baratos por un tiempo), al menos en la previa a elecciones significativas.

La meta táctica principal hacia este objetivo de mediano plazo (pero que ya ha empezado a realizarse implacablemente desde su asunción) es llegar con fuerza hasta las Elecciones del 26 de Octubre, en las que buscará reforzar su peso propio en un Congreso en el que es minoría, pero al que ha logrado doblegar hasta aquí en casi todos sus efectos prácticos, gracias “a la Casta”: Es decir, a la corrupción y el servilismo de legisladores y grupos que se jactan de ser “ni ni”, o en otras palabras de transitar “la Ancha Avenida del Centro”, pero que en la mayoría de las situaciones se han colocado claramente en la derecha. A veces por mediocridad y otras abiertamente por coimas, como en el caso Kueider (y seguramente otros que aún no conocemos). Se suman a éstos, “libertarios” (como se autodenominan, pero que en realidad son liberticidas) y macristas. Estos últimos, podrían considerarse “libertarios” de mejores modales; o a los mileístas, podríamos llamarlos macristas desenfrenados.

Esa “Avenida del Centro” incluye especialmente a un grupo de Gobernadores (algunos electos en boletas del Peronismo, inclusive), que privilegian los recursos y proyectos que les puedan permitir conservar votos en sus Provincias, por encima de los intereses y destinos del País (por más que estos incluyan obviamente a los pueblos de sus propias provincias). Pero Milei les ha mentido ya demasiadas veces con promesas incumplidas, a pesar de su apoyo prácticamente incondicional hasta aquí. Por ello, han comenzado a tomar vuelo propio (mayor o menor, según cada situación particular). Constituyen una interesante reserva para las clases dominantes: Si la peluca está demasiado desgastada para 2027, de esta cantera puede emerger el relevo que garantice al F.M.I. y demás asociados, la continuidad del proyecto antipopular, bajo el disfraz de “un cambio”. De todos modos, Milei acaba de decir: “En el ‘27 voy a ser Reelecto”. Muy buena noticia, proviniendo del oráculo que en Febrero profetizó un Dólar a 600 pesos y en abril, por Cadena Nacional, afirmó que en Mayo las reservas estarían en 50.000 millones.

Las Elecciones Legislativas Nacionales tienen un doble sentido: Uno práctico y otro simbólico.

En el práctico, casi cualquier resultado redundará en un fortalecimiento de los bloques parlamentarios oficialistas, dado que se renuevan legisladores provenientes de Elecciones hechas en momentos en que LLA prácticamente no existía. Por otro lado, casi ningún resultado les alcanzaría para un control propio de las Cámaras, de las cuales se renuevan sólo un tercio del Senado y la mitad de los Diputados.

En el simbólico, salir como primera minoría en muchas provincias y/o en algunas importantes, permitirá a quien lo logre presentarse como “el Ganador”, aunque esto puede ser bastante discutible en Elecciones complejas, como lo muestran las recientes Municipales y Constituyentes de Santa Fe, donde varios sectores contrapuestos se atribuyen triunfos, según qué números elijan para fundamentarlo. Terminada la elección comienza la lucha para imponer la interpretación del resultado.

El peronismo, además de sus limitaciones estructurales que hicieron que de allí emergieran tanto, Gobiernos como el de Menem, como el de Alberto Fernández, y que el Ciclo Kirchnerista no se pudiera prolongar (y que encima la herramienta para intentarlo fuera la Candidatura, nada menos que de Scioli); se encuentra en una crisis de liderazgo, que le dificulta enormemente ocupar la “representación” (Para usar el término de Cristina. Mejor sería decir “encabezar o liderar la lucha”) de la enorme mayoría que ya percibió que este Gobierno no defiende sus intereses; pero que está aún dividida entre los que optan por apoyar al Peronismo u otra variante opositora, y los que deciden quedarse en su casa, y ni siquiera votan, porque no visualizan todavía que alguna de esas variantes sí los represente. Esta división del Pueblo es la que permite que Milei Gobierne.

Llegar con fuerza a Octubre, para el oficialismo, significa que siga habiendo niveles muy altos de abstención electoral y que, –entre los que sí votan– en muchas provincias sean más los que apoyen a los candidatos de Milei, que los que lo hagan por alguna otra opción.

Los que votan por el Mileísmo se dividen entre: 1) Los que lo hacen convencidos, por profundas definiciones ideológicas, antipopulares, fascistas incluso, en muchos casos, y/o por pertenecer a los poquísimos grupos sociales beneficiarios de la actual política y; 2) los que se debaten en una confusión mucho mayor, que rechazan los efectos prácticos de políticas como la de Alberto Fernández (no olvidar que el salario real cayó durante su Gobierno, aunque en menor grado que en otros), le echan la culpa de todos los efectos de la pandemia (que desgastó enormemente a los oficialismos en casi todo el mundo); y en especial, que, hartos de la inestabilidad que generaban niveles inflacionarios como los del 2023, valoran particularmente la baja de la inflación durante 2024 y 25, y creen en gran medida las falsas explicaciones que Milei da a este hecho.

Este último segmento se volatilizará seguramente con gran rapidez, si hay un rebrote inflacionario antes de las Elecciones. Que lo habrá después, es más que seguro, pero eso ya no le importará al gobierno.

De allí que la obsesión oficialista sea impedir la escalada del Dólar, por más que; si creyéramos el mito mileísta de que “La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario generado por un exceso de oferta de dinero”, y además, la mentira de que han logrado Superávit Fiscal (porque han dejado de pagar muchas obligaciones éticas y legales e ignoran, en su “Contabilidad Creativa”; muchos intereses generados por la enorme Deuda que ellos mismos han agigantado), nadie debería preocuparse por la escalada del Dólar, que correría por un carril completamente distinto al de los precios del supermercado.

No es así, y Milei lo sabe. Por ello Caputo se desvive sacando conejos de la galera, no para frenar emisión monetaria, sino para conseguir Dólares que el monstruo insaciable de su Modelo Económico completamente inconsistente, se devora sin cesar. Así lo hizo con los Dólares del Blanqueo, de la cosecha, “del colchón” (que siguen tratando de exprimir, con poca suerte). Ahora, quiere recurrir a privatizaciones, empezando por AySA (repitiendo la desastrosa privatización del Menemismo que dejó a millones sin agua ni cloacas). Pero las joyas de la abuela ya las vendió casi todas Menem, y aunque perpetrara esa y alguna otra privatización, tampoco le alcanzará.

Presionado por los sectores agropecuarios, que lo vienen apoyando por razones ideológicas (sin mayores beneficios a cambio), pero ya comienzan a dar señales de erosión en ese apoyo; accedió a bajas permanentes de las retenciones a las exportaciones. Esta medida tenderá también aumentar el precio de los alimentos que sean exportables (trigo, carne, maíz y forrajeras con que se alimentan ganado aviar y otros).

Tal como era previsible (y más acercándose las elecciones, que suelen incentivar atesoramiento de divisas, ante la incertidumbre), el dólar (liberado para los compradores privados, como una medida demagógica más, de la “plata dulce” para los sectores medio-altos; y por presión del F.M.I.) comenzó a subir y a trasladarse a precios. La recesión no alcanza a impedirlo. El Gobierno, desesperado al ver la cara del demonio que más temía, intenta culpar a cualquiera menos a la Política Económica que produce estos efectos: Villarruel, los Bancos Nacionales, los Extranjeros, los Kukas”.

Las encuestas comienzan a ser desfavorables, porque sus votantes menos ideologizados empiezan a abandonarlo. Podría ocurrir incluso, que algunos de los escépticos que se vienen refugiando en la abstención, comiencen a sumarse a algunas de las opciones opositoras.

La taba está en el aire y la velocidad con que estos fenómenos se den, la improbable capacidad del equipo económico de sacar nuevos conejos de la galera de un tamaño suficiente como para ralentizarlos, y sobre todo, la capacidad de las oposiciones para proponer alternativas coherentes y creíbles diferentes, definirán si en Octubre el Gobierno obtiene la capacidad de acelerar la Destrucción del País que viene llevando adelante, o si se comienza a ponérsele un freno.