LAS ELECCIONES EN HONDURAS: EL FRAUDE Y EL CHANTAJE

POR ALBERTO CORTÉS

En 1821, producida la separación de México (Nueva España) de la metrópoli, 7 meses después, se da la de la Capitanía General de Guatemala, formándose un estado centroamericano. Al poco tiempo, se unifica por dos años con México (Imperio de Iturbide) y luego se separa como República Federal de Centroamérica (con todos sus actuales componentes, excepto Panamá, que era parte de Colombia y más Chiapas, hoy mexicana). Esta duró hasta 1838, siendo el Liberal Hondureño Francisco de Morazán su último Presidente, y la figura más destacada de la Unidad Centroamericana, que volvió a intentarse en varias ocasiones posteriores, sin éxito hasta el presente.

Como en gran parte de América Latina, la lucha entre conservadores (defensores de los privilegios de la Iglesia Católica) y Liberales; marcó a Honduras –una de las piezas de esa dispersión– en gran parte de su historia. Desde 1902, los caudillos conservadores fueron sucedidos por el Partido Nacional. El bipartidismo duraría bastante más de 100 años

Una poderosa Oligarquía, compuesta por diez familias, dueñas de las 25 Empresas dominantes de la Economía y los Medios de Comunicación, ha gobernado sin pausa, en alianza con el país al que destina la mitad de sus exportaciones (café y bananas principalmente) y del que provienen un tercio de las importaciones: EE.UU. Además, los migrantes en otros países hacen remesas a sus familias, que representan un cuarto del P.B.I. nacional. El 76% proviene también de EE.UU.

Entre 1903 y 1925 hubo siete invasiones de Marines Norteamericanos para proteger los intereses de sus empresas bananeras.

En 1954 Honduras fue el origen de la expedición mercenaria armada por la C.I.A. para derrocar al Gobierno Constitucional de Jacobo Arbenz en Guatemala; y en la década del ’80, fue la principal base de EE.UU. para desarrollar acciones violentas e ilegales contra Nicaragua (EE.UU. fue tal vez el único país condenado por la Corte Internacional de Justicia por promover el terrorismo, por esto).

En 2006 accedió a la Presidencia Manuel “Mel” Zelaya, ganador por amplio margen de la interna liberal. Impulsó diversas medidas progresistas y logró elevado crecimiento económico hasta la crisis mundial de 2008. En 2009 intentó consultar al Pueblo sobre si deseaba (en la siguiente elección prevista) agregar una urna más, para plebiscitar la necesidad o no de una Asamblea Constituyente. Se generó una crisis de poderes y Zelaya fue destituido por un Golpe Militar. EEUU fingió públicamente repudiar el golpe, pero en un libro escrito luego por la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, confesó que –por detrás– maniobró para que Zelaya no fuera repuesto.

En 2011, Zelaya, su esposa Xiomara Castro, y otros, fundan el Partido Libertad y Refundación (LIBRE).

Los Gobiernos que siguieron fueron un simulacro de vuelta a la Democracia. En particular, en 2013 y luego en 2017 (a pesar de estar la reelección prohibida constitucionalmente) fue elegido Juan Orlando Hernández (conocido como JOH), del Partido Nacional, en medio de acusaciones de fraude. En 2017 la propia O.E.A. había cuestionado la elección, y fue disuadida por los EE.UU. Hernández exoneró a esos grupos económicos dominantes de gran parte de sus impuestos.

Su hermano, diputado, Tony fue condenado en 2019 y ’21 a prisión perpetua más treinta años, en EE.UU., por narco. Con Juan Orlando, esperaron que terminara su mandato como Presidente. Dos días después fue detenido y terminó condenado también a 45 años, como principal miembro de una banda que exportó más de 400 toneladas de cocaína a EE.UU.

«Pavimentó una autopista de cocaína hacia EE.UU., protegido por ametralladoras», afirmaron los fiscales norteamericanos que lo procesaron. Decenas de funcionarios más, incluso de niveles municipales y de las FF.AA., quedaron expuestos, abriéndose otras investigaciones sobre este narcoestado. Algunos ya han sido condenados. Varios asesinatos relacionados se ventilaron, sin perjuicio de que, durante su gobierno, Honduras se convirtió en uno de los países más violentos, con tasas de homicidio de más de 80 cada cien mil habitantes.

En 2022 asumió como presidenta Xiomara Castro. Durante su gobierno la pobreza bajó del 73,6 % al 60,1 % y la pobreza extrema del 53,7% al 38,3%. Se realizaron obras de pavimentación en localidades que no las habían conocido antes. Unos1000 km de caminos, facilitando el comercio de pequeños productores. Se recuperaron escuelas y se comenzaron hospitales. Se intentó revertir el paraíso fiscal creado en la etapa anterior, sin llegar todavía a las mayorías parlamentarias suficientes. La tasa de homicidios, descendió a 26.

El partido LIBRE nominó para sucederla a su ex Ministra de Defensa y de Finanzas, Rixi Moncada. En medio de una guerra de encuestas, muchas la daban como favorita para la Elección del 30 de Noviembre.

Los otros dos candidatos con posibilidades eran Nasry Asfura, del Partido Nacional (mismo de JOH) y Salvador Nasralla, presentador televisivo que ahora va por el Partido Liberal, pero que ha transitado por otras fuerzas, incluyendo acuerdos con LIBRE.

Semanas antes de esa fecha, se dieron a conocer 26 audios filtrados, en los que miembros del Consejo Nacional Electoral (C.N.E.), dirigentes del Partido Nacional y miembros de las Fuerzas Armadas discutían un plan para impedir el triunfo de Moncada. Uno de los primeros eslabones era retrasar en el TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares, en manos de 7 empresas privadas, algunas también involucradas en los audios), equivalente al escrutinio provisorio en Argentina; la llegada de los datos de las regiones donde se esperaba un mejor resultado del partido LIBRE, de manera de instalar, desde el principio, que esta fuerza estaba fuera de juego.

Estas maniobras, de generar en la opinión pública al principio de un escrutinio, la impresión de un determinado resultado, ya han sido empleadas en otras ocasiones: En Bolivia, en 2019, cuando aún no habían llegado los datos de zonas rurales más favorables a Evo Morales; y en Venezuela, en 2024, cuando, tras hackear los sistemas públicos para demorar la publicación de los datos oficiales, se difundieron otros basados en boletas truchas, con QR que correspondían a supermercados, comercios, etc. y no a la elección. En ambos casos se complementaron con grupos de choque (fascistas en Bolivia, directamente delincuenciales en Venezuela) que salieron a “reclamar el respeto de esos ‘resultados’ aparentes”, quemando locales partidarios, comisarías, hospitales y escuelas, buscando provocar (y provocando, en el caso boliviano), un golpe de Estado, que remplazara el resultado – cualquiera fuera – de la elección.

Pero, además, en Honduras, Donald Trump, en un remake de su intervencionismo en las elecciones de Argentina; dijo abiertamente 3 días antes que había que votar por Asfura. Que no colaboraría con otro gobierno y que Rixi era comunista. Téngase en cuenta que esto fue dicho por un presidente que ha amenazado reiteradamente con condicionar o limitar las remesas de los migrantes latinoamericanos a sus familias, muchas de las cuales dependen económicamente de esas remesas en gran medida. Hoy, que los algoritmos de las redes sociales permiten segmentar las audiencias; en Honduras, como parte de la campaña de miedo, millones de esas personas recibieron mensajes diciendo que, si votaban por Rixi, en diciembre se cortaban las remesas.

Encima Trump acaba de indultar a JOH. Mientras acusa de narcos, sin prueba alguna, a Presidentes Latinoamericanos que no le agradan, libera a uno de los máximos capos, condenado en juicio con pruebas en su propio país. La investigación contra JOH comenzó allí bajo su Primer Gobierno, y no el de Biden; y uno de los principales investigadores (Emil Bove III), es también Abogado de Trump. No puede alegar –como hace– que su condena fue fruto de una persecución política del Gobierno anterior.

Uno de los comunicados de Trump destacaba, en mayúsculas:”VOTE POR TITO ASFURA PARA PRESIDENTE Y FELICITACIONES A JUAN ORLADO HERNANDEZ POR SU PRÓXIMO INDULTO”.

La noche previa a la elección, el C.N.E. decidió levantar la obligatoriedad de la validación biométrica de la identidad de los electores. O sea, se dejó de requerir forzosamente la verificación de la huella digital. Así, se registró un 25% de actas sin ese control, y en muchas de ellas se había inflado el número de electores, y correspondían –en su gran mayoría- a resultados favorables a los dos partidos tradicionales del bipartidismo.

El día de la elección, la única encuesta de boca de urna difundida daba 37% a Rixi, 32 a Nasralla y 26 a Asfura.

Rixi Moncada ha llamado a seguir peleando hasta el fin del escrutinio definitivo (30 días) el resultado de esta elección. Pero aún si el fraude se impusiera, como en Ecuador (en Honduras Fraude + chantaje), el bipartidismo más que centenario se ha roto en Honduras y se ha consolidado una fuerza política, con considerable apoyo parlamentario y social, en condiciones de dar batalla a un eventual Gobierno Neoliberal. A nivel Latinoamericano, estas prácticas de fraude, chantaje y otros, sirven de laboratorio para las elecciones por venir, como las de Chile y Colombia. La Democracia no es de interés del Imperio Estadounidense en decadencia. Su dominación absoluta, sí.

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