«LA SEMANA DE CUATRO DIAS LABORALES PODRIA SER LA RESPUESTA»
JÖRG HOFMANN, EL LÍDER DEL SINDICATO IG-METALL EN LA REPUBLICA FEDERAL DE ALEMANIA, ABOGA POR SALVAR EMPLEOS MEDIANTE LA REDUCCIÓN DE LA JORNADA LABORAL
REPORTAJE REALIZADO POR ALEXANDER HAGELÜKEN Y BENEDIKT PETERS EN EL MES DE AGOSTO DE 2020
Los tiempos que corren no podrían ser más difíciles para Jörg Hofmann. Este hombre de 64 años lidera la central obrera de la industria metalmecánica IG-Metall con sus dos millones de afiliados, de los cuales ahora muchos se hacen muchos problemas. Se dice que cientos de miles de empleos corren peligro.
SZ: Señor Hoffmann, ¿qué tanto está afectando la crisis del coronavirus a los trabajadores alemanes?
Jörg Hoffmann: Estamos en presencia de un derrumbe del mercado mundial nunca antes visto. Pareciera que ya superamos el peor momento, salvo que llegue una segunda ola. Pero recuperarse llevará mucho tiempo.
SZ: ¿Le parece que el gobierno hace lo suficiente?
El gobierno actuó de manera consecuente. El mercado laboral está más o menos estable, la demanda local fue fortalecida. En lo internacional Alemania está en buena situación.
Su colega de la Comisión Directiva, Jürgen Kerner, considera que 300 000 asalariados del sector metalmecánico corren riesgos. Las empresas quieren eliminar puestos de trabajo escudándose en la pandemia.
En estos momentos, la recesión se confunde con el cambio estructural. La situación ocasionada por el coronavirus acelera la digitalización, y la industria automotriz está cambiando en dirección a la electromovilidad. Todos estos factores juntos hacen peligrar masivamente los puestos de trabajo.
¿Qué escenario se imagina Ud.? Las pequeñas y medianas empresas necesitan que el acceso a los recursos financieros sea más fácil. De lo contrario se podría producir una ola de quiebras o las PyMEs caerían en las garras de los cazadores de oportunidades. Para garantizar puestos de trabajo, el gobierno debería prorrogar 24 meses el período de percepción del subsidio por jornada reducida. A pesar de que los sectores como la construcción de maquinaria o la industria aeronáutica quedarán durante mucho tiempo con capacidad ociosa, quieren conservar a su mano de obra especializada.
Pero pedir ayuda a la política de todos modos no basta.
No. Ahora las empresas tienen que vincular aún más la jornada reducida a la capacitación para que con calificación la gente esté preparada para el mercado laboral del mañana. Aunque también se necesitan ideas nuevas, que sean viables. En la siguiente ronda de negociación de convenios propongo debatir la propuesta de acordar una semana de cuatro días laborables como opción para las empresas. La jornada reducida se ha creado para amortiguar el desplome coyuntural. La semana de cuatro días laborables sería la respuesta al cambio estructural en sectores como el de la industria automotriz. La transformación no debe terminar en despidos, sino en el buen trabajo para todos. De este modo se podrían sostener los empleos industriales en lugar de recortarlos. Empresas como Daimler, ZF y Bosch justamente acaban de acordar jornadas laborales más cortas. En el futuro, todas las empresas de la industria metalmecánica y eléctrica deberían poder optar por este camino. Con cierta compensación salarial para el personal, para que con incentivos todos los asalariados puedan aprovechar este tiempo libre para la capacitación profesional.
En 2018, el IG-Metall ya logró imponer una semana de 28 horas laborables durante dos años. Lo cierto es, sin embargo, que el que trabaja menos, también gana menos. Algunos no pueden darse este lujo. ¿Por qué los empleadores consentirían ahora pagar la compensación salarial que no querían pagar en ese entonces en medio de una crisis económica?
En 2018 se ofreció una compensación salarial parcial para la fuerza laboral que se decidiera por ocho días libres adicionales que valen más que el pago adicional acordado. Soy optimista de que esta vez también encontraremos una solución combinando tiempo y dinero. Los empleadores también tienen ventajas, porque ya ha quedado demostrado que reducir los costos laborales variables redunda en mayor productividad.
Ya dijo esto mismo en 2018.
Estamos al principio de un debate. En todo lugar, donde me refiero a la idea de la semana de cuatro días laborables, la propuesta tiene buena acogida. No veo necesariamente un conflicto con los empleadores. Tanto más porque las empresas tiene interés en reducir la jornada laboral en lugar de despedir. De este modo conservan la mano de obra especializada y ahorran, por ejemplo, los costos que implicaría un plan de ayuda social.
Markus Söder, el presidente del partido social-cristiano alemán (CSU: Unión SocialCristiana) promueve planes de apoyo adicionales para los sectores exportadores. ¿Le parece bien?
Todo lo que garantice el empleo es bueno. La cuestión es preguntarse qué tiene sentido. Cuando la economía se vuelva a echar a rodar después del período de vacaciones, tendremos que analizar la situación. Siento que entonces el gobierno deberá corregir el plan coyuntural.
¿Sigue disgustado con el partido socialdemócrata (SPD: Partido SocialDemócrata) por haber impedido el bono para subsidiar la compra de todos los automóviles en el primer plan coyuntural de estímulo económico?
Queríamos un bono innovador que fuera favorable tanto al asalariado del sector como al clima del mercado y que comprometiera a las terminales. Pero ahora miramos para adelante.
Mientras tanto, ¿acaso el IG-Metall ahora se entiende mejor con los demócratascristianos que con los socialdemócratas?
Como sindicato único guardamos distancia con todos los partidos. Claro es que en mi condición de socialdemócrata me llevo mejor con el partido socialdemócrata SPD que con la Unión Social-Cristiana CSU. Pero tampoco tengo nada que objetar, si el señor Söder representa enérgicamente los intereses de los trabajadores y trabajadoras del sector automotriz (risas).
¿Está la industria automotriz alemana bien preparada para hacer frente a la transformación que lleva a la electromovilidad? ¿O las nuevas marcas mundiales terminarán siendo Tesla y Co.?
En general, la industria alemana está bien preparada. En relación con el tema de la electrificación, ha recuperado mucho tiempo en los últimos años. Aun así no dejan de faltar ciertos elementos. De hecho, las celdas para baterías siguen siendo un cuello de botella del que no nos podremos deshacer hasta 2023 o 2024. Las iniciativas de fabricación europea tampoco cambiarán esta situación, porque llevará tiempo hasta que se pueda entregar producto. El desarrollo de software es otro cuello de botella. Al respecto vale decir que Tesla y Google llevan ventaja en la carrera. Pero si ahora se inyecta una buena cantidad de recursos, puede decirse que la pelea todavía no está perdida.
De acuerdo con ciertos pronósticos, debido a la recesión del año próximo los salarios apenas se incrementarán debido a la recesión. ¿Es válida esta proyección también para su ronda de negociación salarial?
No. Pienso que después de tres años de no aumentar los sueldos con aumentos que se reflejen en la tabla salarial, habrá un reclamo de ajuste de los salarios.
En los tiempos del coronavirus se deben aplicar reglas de distanciamiento social obligatorio y además, muchas personas trabajan desde sus casas. ¿Puede un sindicato movilizar a la fuerza laboral para hacer presión en los empleadores?
Necesitamos más creatividad, pero en todos los casos es factible. Acabamos de movilizarnos durante seis semanas en Sonthofen en contra de la fábrica de maquinaria Voith y en las manifestaciones cumplimos las reglas de distanciamiento. Y la verdad es que hay que saber convencer a las personas que realizan home-office para que se desconecten de su PC cuando se convoca a una huelga de advertencia.
Sus colegas de Verdi tienen una nueva alianza: los activistas del movimiento Friday for Future quieren ayudar a imponer los intereses de los chóferes de buses, colectivos y tranvías. ¿Algo así es factible para el IG-Metall?
Cooperamos activamente con el movimiento de defensa del medioambiente. Internamente llevó bastante discusión hasta que en el IG-Metall se impuso el modelo guiado por los principios “social, ecológico, democrático”. Pero este modelo es una buena plataforma para las actividades conjuntas.
“Garantiza la conservación de la mano de obra especializada y ahorra costos para un plan de ayuda social.”

Fuente: Diario Süddeutsche Zeitung, 17/08/2020 (República Federal de Alemania)
Autores: Alexander Hagelüken / Benedikt Peters