LA HISTORICA MOVILIZACION NACIONAL EN DEFENSA DE LA EDUCACION PUBLICA

MARTES 23 DE ABRIL DE 2024 EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES: UNA VERDADERA MAREA HUMANA SE APODERA DE PLAZA DE MAYO.

POR ALBERTO CORTES

La Movilización convocada por la Comunidad Universitaria el día 23 y acompañada por muchísimos sectores sociales que no participan de la vida universitaria directamente –pero sí indirectamente de muchas maneras, y sobre todo que reciben los beneficios de su existencia– marcará probablemente un antes y un después en la trayectoria del Gobierno de Milei.

Si bien el Paro Nacional del 24 de Enero y las gigantescas marchas del 8 y 24 de Marzo fueron importantes hitos en marcar un camino de resistencia a las políticas del Gobierno; en varios sentidos, y no sólo por su magnitud, esta Movilización pone mucho más fuertemente en cuestión la hegemonía oficialista -que por ahora todavía conserva, a pesar de sus ostensibles incoherencias, torpezas y carácter antipopular- que las expresiones anteriores de esa resistencia.

Hay que recordar que la Universidad Argentina presenta singularidades muy importantes en el contexto de la Historia de las Universidades del Mundo, y en particular, de América Latina. Fue esta Universidad la Cuna de la Reforma Universitaria de 1918, que luego se desparramó por toda Latinoamérica y que tuvo una influencia importante, no solamente en otros Movimientos Universitarios del Continente, sino también en gestas históricas trascendentes de carácter nacional –no sólo universitario-, como la Revolución Cubana y otros movimientos progresistas.

Durante los dos primeros Gobiernos de Perón la Comunidad Universitaria en general fue opositora, aún desde antes de su elección (y a pesar de ello, Perón agregó otra conquista histórica, que fue la Gratuidad). Ese enfrentamiento marcó una divergencia entre el grueso del Movimiento Popular y Progresista y esa Comunidad, que se prolongó incluso durante muchos años después del Golpe de 1955.

Las Luchas contra la Dictadura iniciada en 1966, en especial el Cordobazo, los Rosariazos y demás “azos”, sellaron una Unidad Obrero-Estudiantil que se había perdido después de la época de la Reforma, y que incidió fuertemente en el breve Período Progresista con el que comenzaron los Gobiernos Peronistas inaugurados en 1973. Esto se enfrió en las décadas siguientes, y ahora tiende a reaparecer con otras formas, para espanto de la derecha que no para de afirmar, ridículamente, que representaciones del Movimiento Obrero y los Partidos Políticos no tenían nada que hacer en una movida en Defensa de la Educación Pública. Como si la Educación Pública no fuera un derecho de todos.

Milei, con un programa abiertamente antipopular y atacando a todos los sectores del Pueblo, incluidos los de la Comunidad Universitaria; logró paradójicamente el apoyo electoral de muchos de ellos tanto de trabajadores ocupados y desocupados como de estudiantes universitarios; siendo precisamente la franja etaria donde esos estudiantes se ubican prioritariamente, la que aportó mayores cantidades de sufragios a su candidatura.

Las encuestas de los meses que han transcurrido desde su llegada al Gobierno han mostrado un núcleo que oscila en la mitad del electorado, que (a pesar de todas las evidencias a la vista de políticas que perjudican a casi todos), lo sigue apoyando. Este apoyo, no se cimienta en resultados de sus políticas, sino en una “Esperanza” –después de haberse visto defraudados por los dos gobiernos anteriores, y quedando Milei (aún con el apoyo poco disimulado de los principales cuadros de uno de esos gobiernos, el de Macri), como “lo nuevo”. Se apuró a incentivar, desde la noche misma de la elección, la mayor disparada inflacionaria que Argentina conoció en este milenio, entre otras razones, porque así se facilitaba la inculpación al Gobierno anterior por esa disparada, que en realidad provocó él. Esta falsedad, ha sido comprada por esa parte de la sociedad que aún mantiene esa expectativa esperanzada.

Varios factores, como la evidencia ya ostensible del comportamiento “CASTA”, del Presidente, su entorno más cercano y sus legisladores, con aumentos de dietas y jerarquías escandalosos y más escandalosos aún intentos de disimularlos; y los efectos de algunas medidas tomadas; amenazan con acelerar la caída de la Imagen Presidencial, que por ahora va declinando lentamente, con algunas fluctuaciones.

El impacto de los aumentos siderales de las empresas de medicina prepaga y sus actitudes discriminadoras hacia quienes más requieren de la atención médica (todo ello permitido y estimulado por el D.N.U. de Milei), provocaron evidentemente un cimbronazo tan importante en las mediciones con que el Gobierno monitorea permanentemente la opinión pública (encuestas y focus groups), que rápidamente borraron con el codo lo que vienen pregonando desde siempre en contra del Estado, poniendo límites a los abusos de las empresas privadas, y tomaron acciones completamente opuestas a sus principios “innegociables”.

Pero muy especialmente, la reacción de la Comunidad Universitaria, generando un nivel de Movilización y Debate que seguramente tendrá efectos aún mucho después del martes, encendió las alarmas en el Gobierno.

El prestigio de la Universidad y la ciencia argentinas, aún a escala internacional, pero especialmente a nivel de cada uno de los sectores que componen el país; han hecho que hasta diarios oficialistas como “La Nación”, digan que el Gobierno eligió mal a su enemigo.

En una nota reciente en Página 12, Alfredo Zaiat repasaba como los tiempos de las debacles de diversos gobiernos de las últimas décadas, no se habían marcado en forma directa a partir de movilizaciones o estallidos populares, sino en los momentos en que sus esquemas financieros –y especialmente los estrangulamientos de la vital balanza de pagos externa– colapsaban. En todo caso la calle ayudaba a cercar a los Gobiernos o era disparada por esos cuellos de botella, que a su vez producían traumáticos y súbitos deterioros en las condiciones de vida del Pueblo.

Entre las innumerables mentiras cotidianas de Milei, una de ellas pone el foco en el crecimiento de reservas del Banco Central. Pero el supuesto superávit fiscal – que festejó con una cadena nacional – se basa, no solamente en arrasar con jubilaciones, salarios estatales y obras públicas (muchas de las cuales son esenciales no solamente para mejorar la calidad de vida de la población, sino directamente para preservar sus vidas, como todas las que tienen que ver con la seguridad vial, aérea, etc.) y pedalear para más adelante a los proveedores. Todas actitudes difíciles o imposibles de mantener por tiempo prolongado . Análogamente, la acumulación de reservas se sostiene sobre haber reducido sustancialmente los pagos de importaciones, acumulando deudas monstruosas a cambio, mediante nuevos inventos financieros.

El Gobierno necesita imperiosamente el ingreso de dólares, y no están a la vista. La cosecha gruesa (maíz, soja) ha comenzado, pero quienes deben liquidar los dólares de las correspondientes exportaciones, lo vienen haciendo a un ritmo muy cansino (comparados con cosechas anteriores), en una evidente especulación y a la vez presión sobre el Gobierno para una nueva devaluación. A la megadevaluación de diciembre, ya se la comió la inflación de estos meses, mientras el dólar oficial se ajustaba a sólo al 2% mensual.

El Gobierno miente hasta el cansancio que el déficit fiscal es la única causa de la inflación, pero sabe que no es así, que una devaluación la catapultaría, y que la principal mentira de Milei (la baja de la inflación) reventaría probablemente al toque. El F.M.I. felicita, pero no da la menor señal de algún nuevo crédito como los que las numerosas y desesperadas misiones a Washington vienen mendigando. Para avanzar con privatizaciones, el Gobierno necesitaría la sanción de leyes en el Congreso, donde en 4 meses, y con sesiones extraordinarias forzadas en el medio, no consiguió aprobar nada todavía. Además, Argentina tiene un préstamo (swap) de China, que tiene vencimientos parciales muy importantes de aquí a junio. Este país amaga con no renovarlos (a diferencia de lo que venía haciendo), lo que significaría otra erosión relevante de las reservas. Ante el evidente giro del nuestro, que ha decidido relaciones más que carnales con EE.UU., hasta el extremo de abandonar una compra prevista de aviones militares a China, para optar por otros más caros y de casi 40 años de antigüedad de origen estadounidense, entre otras decisiones que son 100% convenientes para EE.UU. y 0 % convenientes para Argentina. Ante el riesgo de la no renovación del swap chino, la Canciller del Gobierno “que no negocia con comunistas”, viajó de urgencia a Beijing.

Las balas, por ahora, no han hecho gran mella al Gobierno. Pero en algún momento, entrarán todas juntas.

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