Contrariamente a lo que marca la Etica, hemos presenciado en estos días un bochorno institucional, un viento muy caliente que baja desde el norte de la Provincia, y que llega a todos los rincones.
Los máximos representantes políticos, de cada uno de los departamentos que conforman la bota santafesina, esconden en cuestiones reglamentarias lo que simplemente con una conducta honrada en su práctica política deben responder al pueblo que les dió la representación.
Atendiendo a todos los sectores que integran la comunidad, y actuando de manera transparente y responsable, de modo que decidan por la negativa ante negocios de la actividad privada, y con más razón, si estos se encuentran fuera del juego de una ley vigente en estas latitudes.
No estamos en presencia de una disputa de diferentes sectores partidarios, ni ante enfrentamientos internos en elecciones de un partido político. Lo que está en juego es la credibilidad de nuestras instituciones.
¿Cómo saber la verdad si los actores se niegan a mostrarla?
«Que risa, señores. Que divertida es la corrupción y que sonrientes los corruptos. Pero el día que suenen las campanas marcando el momento de la justicia, que siempre llega, ya los veremos a los corruptos golpeándose el pecho. Que risa que nos darán entonces los corruptos» -LISANDRO DE LA TORRE-
Desde Rosario, por Argentina y para el Mundo... 