CORONAVIRUS Y CULTURA

Covid-19: casos y muertes por regiones del mundo a 9 de enero de 2021.
CIFRAS TOTALES PUBLICADAS EL DIA DOMINGO 10 DE ENERO DE 2021 POR EL DIARIO DIGITAL «FRANCE 24»

ESCRIBE ALBERTO CORTES [1]

El economista serbio norteamericano Branko Milanović ha escrito algunos artículos en los cuales primero analiza las predicciones de un estudio de la Universidad John Hopkins -nada menos que la que hoy es tomada como principal referencia mundial en estadísticas sobre el coronavirus-, conjuntamente con otras dos organizaciones civiles,  comparándolas con los resultados reales frente a la pandemia y luego aventura alguna hipótesis sobre las causas de las discrepancias entre predicciones y realidad.
En octubre de 2019, en un trabajo de 324 páginas más suplementos, muy promocionado, se hacía un examen minucioso de seis aspectos de la preparación de 195 países, uno por uno, frente a la aparición de eventuales epidemias, y en base a ello se elaboraba un Índice de Seguridad Global. En una puntuación de 0 a 100 y así luego se podía establecer un orden de seguridad sanitaria entre países. Los tres más preparados del mundo para enfrentar epidemias -según el estudio– eran Estados Unidos, Reino Unido y Países Bajos.
Menos de dos meses después de publicarse el estudio, llegó la Covid-19. Esos tres países –supuestamente los mejor calificados- estuvieron entre los más devastados por la pandemia. Milanović compara la tabla de posiciones del índice con la de los índices de mortalidad (partiendo obviamente, de los de menor índice de mortalidad). Las diferencias de posición de un mismo país en una tabla y otra son abismales. EEUU está en los puestos 1 y 145, o sea el mejor preparado frente a eventuales epidemias y luego hay 144 países con menos muertos por millón de habitantes. Reino Unido, posiciones 2 y 149. Inversamente, países no tan bien considerados para este estudio por la calidad de su preparación, afrontaron muchísimo mejor la pandemia: Vietnam estaba 47 en ese estudio, pero es el 4° mejor posicionado por su baja tasa de mortalidad por la COVID. China estaba en los lugares 48 y 8. Cuba, en el 95 y el 19. Países supuestamente similares en capacidad de respuesta tuvieron resultados enormemente distintos: Argentina y Singapur estaban clasificados juntos y la tasa de mortalidad en Singapur fue doscientas veces más baja. Lo mismo Tailandia y Suecia, y en el país europeo hubo mil veces más muertos por millón de habitantes.

No podría argumentarse que cada enfermedad requiere un índice propio, porque en ese caso el índice no tendría ninguna utilidad. Menos en casos como estos, con la aparición de una enfermedad nueva. Tampoco tiene sentido prejuzgar manipulaciones de cifras, porque la magnitud de las diferencias las haría inviables.
Ha habido sin duda factores como la competencia o incompetencia de determinados gobiernos y otras, pero Milanovic pone el acento en comparar los resultados de las principales potencias occidentales con las de los países del sudeste asiático que –ya sea considerados democráticos o autoritarios– han tenido performances enormemente mejores.
A las explicaciones ya sugeridas de sus experiencias previas con otras epidemias como el SARS y la contraposición del colectivismo oriental contra el individualismo occidental, sugiere o agrega otra de tipo ideológico o cultural: La impaciencia.
En los países asiáticos los gobiernos tomaron medidas drásticas como aislar estrictamente ciudades e incluso países, cerrar completamente mercados de una gran incidencia económica, etc.
En los países occidentales en cambio, ello sería imposible; porque la población, y en consecuencia los gobiernos, no estarían dispuestos a adoptar estrategias de ese tipo y ello está estrechamente relacionado con una cultura de resolver los problemas rápidamente con pocos costos. Con la COVID claramente ello no funcionó.
La idea de hacerse rico rápidamente es la fuerza motora que impulsa a muchísimas personas en su vida diaria. El predominio del sistema financiero, en el que el éxito económico depende principalmente de trucos que permiten incrementar rápidamente el capital propio –por supuesto a costa de muchas otras personas, pero que son invisibles para el protagonista de esas decisiones-, es un ejemplo de ello.
Por supuesto que esos países asiáticos son también países capitalistas, y lo que Milanovic describe es una característica del capitalismo, y éste promueve precisamente esa idea. Sin embargo, el capitalismo ha atravesado diferentes etapas y tiene además particularidades ideológicas regionales.
Cita por ejemplo el hecho de que, mientras en China y en Tailandia un hogar con ingresos medios suele ahorrar casi un tercio de ellos, en los EEUU -aún con valores numéricos muy superiores de lo que son esos ingresos- a menudo tiene ahorros negativos. No ahorrar es otra manera de decir que el consumo de hoy es preferible al de mañana. Hay una cultura de la inmediatez que hace muy difícil pedir conductas de restricción hoy para poder disfrutar mañana. También en lo sanitario.
INFOBAE publica un estudio extraído del Blog del BID que muestra que las cuarentenas largas, entre las que incluye la de Argentina, no dieron buen resultado, porque después de un tiempo la población se relajó y en los hechos dejó de cumplirse. Tendenciosamente, tanto INFOBAE como el BID pretenden comparar globalmente toda América Latina con los que llama “países desarrollados” en los que sabemos, además, que la cosa no fue mejor. Evita comparar por ejemplo Brasil, con casi 109 muertos por 100.000 habitantes, con Cuba, con 2,1, o Venezuela, con 4,3.
En este último país se siguió un método de cierres estrictos por 7 días seguidos por apertura por otros siete. Los cierres intermitentes son justamente los recomienda el paper del B.I.D. Existen críticas que desconfían de los datos venezolanos, pero las razones que dan para esa desconfianza se basan precisamente en las predicciones del trabajo pulverizado por Milanovic u otros criterios predictivos similares. El portal chavista crítico APORREA, que publica a diario informaciones incómodas para el gobierno venezolano sobre diferentes temas, incluidas denuncias de excesos represivos para hacer cumplir las medidas, no ha cuestionado en cambio sus estadísticas sobre el tema.
A la República Argentina, la estrategia que siguió le permitió impedir el colapso del sistema de salud que se produjo en muchos otros países, incluso de recursos económicos y sanitarios muy superiores. No impidió que el número final de muertos fuera relativamente elevado.
Habría sido mejor una cuarentena inicial más corta, seguida de cierres estrictos e intermitentes y mayor cantidad de testeos desde el principio. Esto, dicho con el diario del lunes, claro. Hay que señalar que si se hubiera seguido la mayoría de las propuestas de la oposición macrista –excepto la de mayores testeos-, las consecuencias habrían sido mucho peores. Además de la herencia que dejó, sin siquiera un Ministerio de Salud, su prédica anti cuarentena, fomentando la indisciplina social –que en nuestro país ha sido el principal problema-, es con toda seguridad responsable de unas cuantas muertes que podrían haberse evitado.
Otra arista de la actual crisis por la COVID es la concentración de la reserva de vacunas por parte de los países más ricos: La Universidad de Duke, en los EEUU, ha advertido que la forma en la que se distribuyen actualmente las vacunas supone otro grave peligro de salud pública a nivel mundial. Los países más ricos han comprado ya la mayor cantidad de vacunas que se producirá este año. Como resultado, se estima que cerca del 90% de los habitantes en casi 70 países de bajos ingresos tendrá pocas posibilidades de vacunarse contra el covid-19 en 2021.
Los expertos temen que, de continuar como va el actual sistema de distribución, el virus podría seguir mutando, hacer inefectivas las actuales vacunas y además producir consecuencias económicas, políticas y morales devastadoras.
La Organización Mundial de la Salud ha tratado de revertir esta situación a través del sistema COVAX, que procura un acceso equitativo de la población mundial a las vacunas, mientras otras herramientas hacen lo propio con los diagnósticos y tratamientos.
Sin embargo, hasta el momento los países de ingresos altos tienen el 16% de la población mundial, pero actualmente cuentan con el 60% de las dosis de vacunas que se han vendido.

[1] MILITANTE SOCIAL Y POLITICO – CONCEJAL MANDATO CUMPLIDO DE ROSARIO – ACTUAL PRESIDENTE DE «LIGA DE LOS PUEBLOS LIBRES»

SINTOMAS DEL COVID-19

SI TENES DOS O MAS DE LOS SIGUIENTES SINTOMAS: FIEBRE DE 37,5°C, TOS, DOLOR DE GARGANTA, DIFICULTAD RESPIRATORIA, DOLOR MUSCULAR, CEFALEA, DIARREA Y/O VOMITOS. O SI TENES SOLO PERDIDA BRUSCA DE GUSTO U OLFATO, COSULTA AL SISTEMA DE SALUD DE TU LOCALIDAD.

CUIDARTE ES CUIDARNOS

ES RESPONSABILIDAD DE TODOS CUMPLIR CON LO ESTABLECIDO POR EL MINISTERIO DE SALUD DE LA NACION

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