
ESCRIBE SERGIO RUBEN ROSSI
En el día de ayer, se conoció el deceso del Periodísta Evaristo Monti, de larga trayectoria por los medios radiales y gráficos de nuestra ciudad, comenzando como periodista deportivo en las radios de AM. Fue parte del staff de L.T. 2, L.T. 8, L.T. 3 y Radio Victoria, realizando sus últimas colaboraciones a través de comunicaciones telefónicas por la radio F.M. Latina. Fue también columnista político de nuestra Revista desde Julio de 1992, hasta la edición N° 4 del mes de Septiembre/Octubre del año 1993.
Su programa «LA TARDE», iniciado en L.T. 8 Radio Rosario, durante los años ’70 y ’80, tuvo record de audiencia, captando con su equipo de periodistas y su particular forma de conducir el programa, la atención de toda una sociedad cuyos medios tecnológicos existentes, solo permitían seguir las noticias por la radio y la televisión.
Ya por los 90, siendo un hombre proveniente del desarrollismo (Movimiento de Integración y Desarrollo M.I.D.), se incorpora al peronismo naciente del sector de Carlos Alberto Reutemann en la Provincia de Santa Fe, siendo elegido Concejal de Rosario en dos oportunidades: 1993 y 1997, aunque su primer período no pudo completarlo al ser expulsado con votos de radicales y socialistas en su mayoría, por «incompatibilidades con la función pública». También fue Convencional Constituyente en la Reforma Constitucional del año 1994.
Quién suscribe esta nota, luego de tener las primeras experiencias periodísticas en la Frecuencia Modulada de L. T. 3 «Radio Cerealista» durante los años 1990 y 1991, con el Programa «Tiempos Difíciles» y luego en el año 1992 por la F.M. «Primavera» -hoy «Gran Rosario»- En el año 1994, me incorporé al equipo del programa «La Tarde» como cronista acreditado en el Concejo Municipal de Rosario, saliendo desde el Palacio Vasallo todos los días, vía telefónica, con reportajes y comentarios de la actividad legislativa local.
En cuanto a la figura polémica de su conductor, despertó el repudio de algunos sectores, pero también el beneplácito de muchos otros. Pero lo admitido por quienes conocieron su forma de trabajo, su principal característica, fue su gran profesionalidad. En mi paso por el programa, me sorprendió la total libertad de expresión, con respecto a mi trabajo de periodista, tanto la productora, como su conductor obraron sin censura previa, cosa que sí experimenté por aquellos años, en alguna ocasión al ser entrevistado para un programa radial de una emisora local.
Transcribimos la última colaboración en la revista N° 4 del año 1993, sobre la coyuntura política nacional, provincial y municipal de entonces, donde impulsaba la convocatoria a una reforma constitucional y visualizaba el triunfo electoral para un segundo mandato a la Presidencia de Carlos Saul Menem, que finalmente terminó ocurriendo en las elecciones presidenciales del 14 de Mayo de 1995.

EL OBJETIVO DE HOY ES LA REELECCION
POR EVARISTO MONTI
El objetivo político excluyente del momento es derribar los obstáculos que impiden, constitucionalmente, la reelección de Carlos Menem como Presidente de la República. Se trata, pues, de encontrar los modos de cubrir los tramos que exige la ley -porque fuera de ella nada- para obtener el pronunciamiento del Congreso Nacional a tenor de las postulaciones del Artículo N° 30 de la Constitución Nacional de 1853, en cuanto a la necesidad de la reforma que como saben mis lectores, puede ser total o parcial.
Propiciamos una reforma parcial que incluye eliminar la prohibición de reelegir presidente, antigualla tan trágica como la del Colegio Electoral. Ambos artículos fueron puestos en la Constitución por exigencias del momento, la del Colegio Electoral para poder amañar en esa instancia, desde el poder, quienes serían presidente y vice; la prohibición compensaba aquella, se podía amañar cualquier binomio menos el que estaba en el gobierno ¿se entiende bien? Los constituyentes fueron debidamente instruídos para hacer un equilibrio y bajo el acoso de varios lustros de autocracia a cargo de Juan Manuel de Rosas, repetirse en el poder No, y dejarlo rigurosamente librado a la Voluntad Popular, tampoco.
Hoy, 140 años más tarde, ambas previsiones suenan afrentosas a la vida democrática. Pretender sumar minorías para derrotar a la mayoría es el recurso vil de los perdedores y resulta asombroso, que hombres del radicalismo en cuyos comités lucen las efigies de Leandro N. Alem e Hipólito Yrigoyen, anden hurgando la mesa de saldos y retazos en un sidiciente abanico destinado a oponerse a Menem. Sin embargo, pronostico que para las elecciones presidenciales futuras, diciembre del ’94 o enero del ’95, el Colegio Electoral será la tramposa esperanza de un pacto de vencidos para ungir un presidente de la nada, tipo Arturo Illia.
Saben que Menem les gana y lejos. La actual es la primera vez, en mi observación política, que veo a los caudillos opositores anunciar el triunfo del adversario meses antes del comicio. Basta leer declaraciones de Alfonsín, De la Rua, Angeloz y otros capitostes radicales para advertir que saben la victoria peronista en octubre próximo tanto como revelan la certera seguridad de ser sepultados a su hora por las boletas que llevaran a Carlos Menem como candidato. ¿Qué hacen, entonces? Se niegan a sí mismo, desmienten sus propias convicciones y se oponen a abrir el camino a lla reforma constitucional partiendo del principio que, si con Menem no tienen chance, tal vez con otro, alguna posibilidad haya.
Esto impone a quienes confían en Menem, el deber de unirse y abandonar la reyerta de la impúdica procura por un lugar bajo el sol político. Esa pobreza de propósitos, que desmadeja a los partidos políticos todos, deberá ser superada por el peronismo y especialmente en Rosario. Para ello no debe perderse de vista que la figura de este presente, se llama Carlos Alberto Reutemann quién, por su parte, no deberá respaldar acciones prepotentes, separatistas ni coaccionantes de sus operadores, algunos de los cuales, provenientes de la más furiosa runfla anti-menemista, entienden a la gestión política como un preceptor bravo de escuela decimonónica. Esa es la convocatoria. A partir de Reutemann, sumar, sumar y sumar. En octubre, reverdecer Rosario para el peronismo dando merecidas vacaciones a los extenuados por su esfuerzo elogiable, y en la provincia, alcanzar el pico de cinco diputados nacionales.